Era finales de noviembre, en Alemania eso significa que ya
hace frío y anochece como a eso de las cinco de la tarde.
Habíamos planeado hacer un viaje a Dresden, que desde Berlín
en transporte público significaba el día entero de viaje. Perfecto, a pasar el sábado.
Ahora que lo recuerdo en retrospectiva no se porque diablos
no me hice caso a mi misma. Al levantarme esa mañana tuve una sensación rara,
algo iba a pasar en el viaje, pero pensé que solo eran cosas mías, estás loca
Irene, anda, vístete que llegas tarde.
Fui a la Hauptbahnhof – estación central, me reuní con mis
compañeros y emprendimos el viaje. La ida fue perfecta, sin ningún tipo de
incidentes, y la ciudad estaba preciosa, en el centro de la plaza principal
estaba ya el mercado de Navidad, que como ya os he contado en alguna ocasión,
es muy típico por estas fechas en Alemania.
Pasamos una buena tarde recorriendo los puestecillos y
probamos la Glühbier, la cual no recomiendo a nadie, cerveza caliente y ultra
azucarada, horroroso.
A la vuelta a Berlín teníamos que hacer un trasbordo en la
primera estación de uno de los S-Bahn y ya desde allí cada uno se iría a casa.
Nos montamos en el tren y pusimos rumbo norte. Justamente al
lado de nosotros se sentaron una pareja de sordomudos, siempre he querido
aprender el lenguaje de signos, así que lo comenté en plan anécdota con mis
compañeros y luego seguimos hablando de cualquier cosa irrelevante hasta que
tuvimos que prepararnos para bajar.
Y veréis, las estaciones alemanas de pueblos enanos, en plan
aldea, están poco iluminados y los carteles que indican el nombre de la
estación están muy separados entre si, así que ya os imagináis que juntar las
dos cosas es peligroso.
En el grupo unos nos teníamos que bajar, pero otros se
quedaban, y mientras nos despedíamos de ellos, que tampoco fue muy largo, el
tiempo pasaba, y las puertas del tren se cerraban… y yo no se porque diablos lo
hice… aún no se qué fue lo que pasó por mi cabeza para bajarme yo sola del tren
y no sujetar la puerta. Las puertas se cerraron y mis amigas se quedaron ahí
dentro…
Lo mejor? Esa no era la estación en la que me tenía que
bajar, sino en la siguiente, donde se bajaron ellas…
Y allí me quedé, en una fría noche de noviembre, a oscuras,
en mitad de la nada, en una estación de tren que no tenía ni estación, pues tan
solo era un andén mal puesto.
Pero no estaba sola, por suerte parecía que dos personas les
había pasado lo mismo que a mi, y se habían bajado en la estación equivocada, al
acercarme a ellos no pude creérmelo, los sordomudos!!! Genial!!!
Y allí me veis, hablando con mis amigas por el móvil, que me
quedara donde estaba, que el próximo tren venía en una hora, que es ahí donde
empezaba el S-Bahn, y a su vez intentando explicarle a los sordomudos lo que
pasaba… no sé como lo hice, pero conseguimos entendernos, para que luego digan
que es complicado hablar idiomas!! Ya os digo yo que si te quieres hacer
entender lo consigues!!
Me lié bastante con los carteles del tren, pues confieso que
era la primera vez que tenía que enfrentarme a la lista de trenes sola, ese
cartel amarillo del que ya os hablé. Entre mi inexperiencia y los nervios que tenía,
estuve a punto de meterme en un tren que no era…
Mis amigas al teléfono, llamando cada diez minutos, ves la
luz allí al fondo? A tu derecha? Esas luces rojas que parpadean? Pues allí
estamos.
Escasos 600 metros, pero a ver quien era el guapo que se iba
por las vías del tren a plena noche.
El pueblo/aldea en el que ellas estaban quedaba a 1km en
bici, que también barajé la opción de ir andando, pero de nuevo, a oscuras y
sin conocer la zona, mejor me quedo en esta farsa de estación, que por lo menos
hay un poquillo de luz y tengo compañía…
Algo más de una hora más tarde llegó el tan esperado tren,
el último del día…
Fue abrirse las puertas en la siguiente estación y lanzarme
al cuello de mis amigas como si no hubiese mañana.
Mi querida amiga, cuanto mas leo mas me sorprendo de tus periplos viajeros, los cuales me hacen reir y recordar que aun queda mucho por descubrir, espero y deseo que algun dia seas esa escritora, que tanto deseas y no te olvides de tus amigos un besazo.....
ResponderEliminarJajajaja que poético te ha quedado Miguel xDD
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