Gante, Gent en flamenco, como más se suele ver, y Gand en francés, es una ciudad de Bélgica, capital de la provincia de Flandes Oriental en la Región Flamenca. Es la tercera ciudad más poblada del país, por detrás de Bruselas y Brujas, con 257.029 habitantes.
Está situada en la unión de los ríos Escalda y Lys. Algunos dicen que el nombre de la ciudad proviene de la palabra celta “Ganda”, que significa confluencia. Y es que se supone que esta población comenzó a crecer a raíz de la abadía de San Pedro, que se construyó justo en la confluencia de los dos ríos que atraviesan la ciudad. En la actualidad esta abadía lleva el nombre de abadía de San Bavón.
Por lo restos arqueológicos encontrados se sabe que la zona estuvo habitada por el hombre desde la prehistoria, pero no fue hasta la época romana que empezó a crecer de manera considerable.
Después de la construcción de la abadía de San Pedro, sobre el 630, el crecimiento de esta población fue exponencial. Unos años más tarde se fundó una segunda abadía, llamada Blandijnberg, que no ha llegado a nuestros días. La gente comenzó a asentarse alrededor de ellas y poco a poco la población fue tan grande y próspera que construyeron un puerto con actividad comercial.
Durante el reinado de Carlomagno, el emperador le proporcionó a la ciudad una flota para protegerla de los ataques vikingos de la época. Pero a pesar de todo Gante fue saqueada en el siglo IX en dos ocasiones. Poco después se construyó la primera fortificación de madera que estaba ubicada en el actual emplazamiento del Castillo de los Condes.
En los siglos XI y XII Gante se convirtió en un importante centro comercial, en especial gracias a las transacciones de lana con Inglaterra. En 1178 el conde Felipe de Alsacia reconstruyó la fortificación de madera en el Castillo de los Condes actual.
A principios del siglo XIV Gante se vio obligada a tomar partido en la Guerra de los Cien años, pues una gran parte de su economía venía del comercio con Inglaterra. Uno de los comerciantes de la ciudad, Jacobo de Artevelde, encabezó la resistencia contra el conde Luis de Nevers, vasallo del rey de Francia. En 1345 Artevelde, conocido como "el hombre prudente de Gante" llegó a un acuerdo con el rey inglés, Eduardo III. Sin embargo, en 1345, fue asesinado por los ciudadanos debido a que el rey no cumplió sus promesas. Parece un hecho poco trascendental, pero a día de hoy aún se denomina a Gante como "la ciudad de Artevelde". A raíz de esto Gante tuvo que renunciar a su pacto con Inglaterra y reconocer como soberano al rey de Francia, Felipe IV.
En el siglo XV Gante logró recuperar sus importantes privilegios gracias a la duquesa de Borgoña, María, pues su matrimonio con Maximiliano de Austria, trasladó a los Países Bajos la casa de los Habsburgo. El nieto de María y Maximiliano nació en Gante en el 1500. Se trata de uno de los emperadores más importantes de la historia de Europa: Carlos I de España y V de Alemania.
Carlos, hijo de Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso, fue bautizado en la Catedral de San Bavón. Por aquel entonces Gante era una de las ciudades más importantes de Europa, a la altura de Londres y solo por detrás de París. Con el paso de los años, pocos se iban a imaginar que, ese niño que nació en los baños del Palacio de Prinsenhof, se iba a convertir en el soberano del que se diría que en sus tierras nunca se pone el sol.
Una pequeña curiosidad sobre su nacimiento: se cuenta que Juana, a pesar de su avanzado estado de gestación, insistió en acompañar a su esposo al baile que se daba aquella noche en el Palacio de Prinsenhof. En medio de la madrugada se tuvo que retirar al baño por fuertes dolores en el estómago, o eso se pensaba, y allí, en una letrina solitaria, nació el rey.
Muchos años más tarde, Carlos, que se encontraba enfrascado en duras batallas con los franceses y pidió ayuda económica en sus propios territorios. Muchos se negaron a ello, entre los que se cuenta la ciudad de Gante, y esto provocó su ira, pues consideraba aquella negación como un acto de rebeldía y traición. Así que, en 1537, marchó sobre Gante con cinco mil hombres. El ejército derribó las puertas de la ciudad y Carlos aplastó la rebelión con muchísima dureza. Gante perdió todos sus derechos, y los ganteses fueron humillados públicamente cuando la Campana Roeland, símbolo su independencia, fue bajada del Campanario Municipal. Gante pasó a ser una ciudad de segunda categoría y Carlos mandó ahorcar a una buena parte de los sublevados. Otros tantos fueron obligados a marchar por las calles con una soga al cuello mientras pedían el perdón y la clemencia del emperador.
A día de hoy a los habitantes de Gante se les conoce como los “stroppendragers”, que traducido del flamenco significa “los que cargan con la soga”. Y una de las fiestas grandes de la ciudad, el “Gentse Festeen”, comienza con una procesión en la que los hombres van descalzos y llevan una soga al cuello, en memoria de aquel suceso.
El declive económico de la ciudad a raíz de este hecho fue muy pronunciado, y empeoró durante el reinado de Felipe II. Debido a los graves problemas que había en buena parte de las ciudades de Flandes y los Países Bajos por las luchas entre los católicos y los protestantes. Mucha gente abandonó la empobrecida Flandes y se asentó en Inglaterra o en Alemania.
En 1817 el rey Guillermo I fundó la Universidad de Gante y construyó el canal de Gante Terneuzen. La ciudad comenzó a crecer y el número de habitantes se triplicó en el siglo XIX.
Uno de los mayores encantos de la ciudad es que mantiene ese encanto medieval, pues sobrevivió a las dos Guerras Mundiales sin sufrir ningún daño.
Qué ver en Gante:
La estación central se encuentra a un paseo largo del centro histórico, algo más de media hora caminando. Pero la ciudad antigua es bastante pequeña y su visita es asequible andando.
El Castillo de los Condes de Flandes, Gravensteen.
Se encuentra ubicado en mitad del río Lys, en pleno casco antiguo de la ciudad.
Tiene un aspecto imponente, pues es el único castillo medieval que queda en Flandes con un sistema de defensa que permanece casi intacto.
Su construcción comenzó en el siglo IX, pero a lo largo del tiempo fue ampliado en varias ocasiones, pues no solo fue la residencia de la nobleza, sino que también fue el lugar en el que se emplazó la Casa de la Moneda y la cárcel municipal.
Durante los siglos XVII y XVIII fue reconvertido en fábrica textil, y llegó a albergar en su interior las viviendas de los obreros. Esto hizo que su degradación se acelerase, y cuando fue comprado por el gobierno, en el siglo XX, tuvo que ser severamente reconstruido.
En su interior se pueden visitar las diferentes salas que lo componen, entre las que destaca la antigua Sala de Torturas, donde se exponen todo tipo de instrumentos de lo más macabros.
También es posible subir hasta la Torre del Homenaje. No es la más alta de la ciudad, pero, aun así, se tienen muy buenas vistas del casco antiguo de Gante.
Os dejo un enlace a la página donde podéis
consultar horarios y precios.