Las indestructibles, esas que no importa lo mucho que intentes taladrarlas, no vas a conseguir perforarla más de medio milímetro.
Y las que con tan solo mirarlas ya se agujerean.
Quizás es un poco exagerado, solo un poco, pero necesito desahogarme. El otro día quisimos poner una pequeña estantería en casa y tardamos más en colgarla que en ir a Ikea, regresar y montarla.
Siempre que queremos colgar algo tenemos que armarnos de una infinita paciencia y asumir que quizás el lugar en que queríamos poner ese cuadro no va a ser posible. Y cuando digo cuadro digo poster clavado con chinchetas. Más de una vez hemos tenido que utilizar un martillo para poder introducir los escasos milímetros que cuenta ese objeto dentro de la pared. Imagino que será un muro de carga de hormigón armado reforzado con criptonita, por lo menos. Cuando das con una de esas paredes todo ha acabado, olvídate de poner algo ahí.
Por otro lado están las paredes hechas de un material voluble. Tengo la teoría de que se mantienen en su posición gracias a la pintura, si no estuviesen pintadas ya se habrían evaporado. Comienzas a taladrar con una pequeña broca y antes de que te quieras dar cuenta ya tienes un agujero más grande que la puerta de Brandenburgo. Y obviamente un taco no va a hacer cuerpo ahí dentro jamás en la vida. Así que te quedas con cara de tonto sin saber muy bien que hacer observando tu reciente obra de arte y el bonito agujero te mira a los ojos con arrogancia y recochineo.
Muy pocas veces, y creo que puedo contar esas milagrosas ocasiones con los dedos de una mano y me sobran dedos, hemos conseguido poner algo en pared a la primera sin tener demasiados problemas. Sin crear un agujero negro sin fondo y sin intentar taladrar una pared que parece de diamante. Todo fue sencillo, como si de una pared española se tratase. Casi lloramos de alegría.
No sé si esto es solo cosa nuestra, que hemos tenido muy mala suerte en las, no sé, centenas de ocasiones en las que nos hemos encontrado en esta situación. Si son las paredes de Colonia o si es algo general del país.
Por eso, para no sentirme tan sola, ya sabéis lo que dicen, mal de muchos consuelo de tontos, me gustaría saber si vosotros también habéis tenido estas experiencias.
¡Decidme que no somos los únicos pringaos a los que nos pasa esto!
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¿Curioso? ¿Interesante? ¿Descabellado? Los alemanes nunca van a dejar de sorprendernos, siempre habrá algo nuevo que descubrir. Si quieres conocer más "alemanadas", esas costumbres de los alemanes que nos resultan curiosas, échale un vistazo a esta página.
¡Un saludo!