16 de septiembre de 2013

Psicosis en Stuttgart - Parte IV

Hacía ya mucho tiempo que no os hablaba de las aventuras que tuvo mi amiga china con la loca de Stuttgart, así que hoy vamos a retomar la historia, que por desgracia parece que se acaba aquí, pues no me ha contado ninguna anécdota más.


Psicosis en Stuttgart - Parte I
Psicosis en Stuttgart - Parte II
Psicosis en Stuttgart - Parte III



En una ocasión bajé a la cocina a hacerme un té, dejé la puerta de mi habitación abierta pues iba a tardar poco, cuando estoy acabando la escucho llegar.


- No puedes irte de la habitación y dejarte el ordenador encendido.
- Solo he salido para hacerme un té, no voy a tardar mucho.
- Ya, pero no puedes hacerlo. Gasta electricidad de forma innecesaria.
- Pero no puedo apagarlo, estoy haciendo cosas importantes que aún no he terminado y si apago lo pierdo todo.
- Pues déjalo en modo hibernación o algo parecido, pero no puedes irte y dejarlo así.
- Solo he bajado a la cocina.
- Da lo mismo, ¿cuándo vas al baño también lo dejas encendido?


- La verdad es que no supe como decirle que no.
- ¿Sabes si ella hacía lo mismo con el suyo?
- No tengo ni idea, pero imagino que si.
- ¿Y de las luces encendidas no te dijo nada? porque imagino que tampoco las apagaste.
- No, de eso no me dijo nada.
- Pero me mejor pasó cuando me iba a ir. Me miró con una cara que me dio hasta miedo cuando me vio coger la taza de té y llevármela hacia mi habitación.


- No te irás a ir así de esa manera, ¿¿no??
- ¿De qué manera?
- Sin poner un platito debajo de la taza.
- ¿Para que quiero un plato?
- ¡¡¡Por si se derrama algo!!!


- Vino corriendo hacia mi, plato en mano, y me lo colocó debajo de la taza. Yo sujetaba con una mano la taza y con la otra el plato, pero parecía que eso tampoco le gustaba.

- No, no, ¡así no! Tienes que coger el plato con las dos manos.
- Pero el plato es demasiado pequeño para la taza esta, se me va a caer.
- No se te cae si lo sujetas bien.


- El plato ya te aseguro yo que no se me iba a caer, de la taza ya no estaba yo tan segura.
- ¿Tan pequeño era?
- La taza era muy grande, y el plato de los pequeñitos, esos de té.
- Casi era más grande la base de la taza que el plato en si, ¿no?
- Y sin el casi. Pues una vez que hube puesto las dos manos en el plato puso cara de felicidad y me dejó ir con una sonrisa. Y allí me quedé yo, haciendo malabarismos para subir las escaleras sujetando tan solo la taza. Confieso que acabé pasando de ella.
- La verdad es que tuvo que ser complicado subir las escaleras manteniendo eso en equilibrio.
- Ni te lo imaginas.
- ¿Alguna más que contar?
- Uno de los últimos días de mi estancia con ella me sorprendió con un gesto que al principio pensaba que era tremendamente amable por su parte.


- Voy a poner una lavadora, ¿tienes algo para lavar?
- Si, ¿oscuro o claro?
- No importa.


- Así que le di un par de camisas blancas que tenía sucias, no me lo esperaba para nada, pero lo que si que no esperaba fue la imagen que me encontré cuando bajé la cocina y la vi poniendo la lavadora. Ahí estaban mis camisas, blancas, a punto de ser metidas con las toallas azules del jardín, los trapos de cocina y una alfombra roja finita que hay en el suelo de la terraza.
- ¿¡En serio?! ¡¿iba a meter tus camisas blancas con todos los trapos y la alfombra?!
- Si, me faltó tiempo para lanzarme al rescate de mis pobres prendas que estaban a punto de ser teñidas a saber de que color, y mezcladas con todas las telas más sucias de la casa. Pero ropa suya no se veía por ninguna parte.
- Que horror...


Y esto es todo, no tengo ninguna historia más que contar, pues aunque parezca mentira su estancia tan solo duró un mes. Si esto tan solo le pasó en treinta días, no quiero ni imaginarme lo que pudiera pasar en un año.


Un saludo!

6 comentarios:

  1. Pobre cc tanto ahorrar le afecta jaja

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  2. esperaba con ansia una nueva aventura de tu amiga. de hecho, este blog lo vi hace ya algún tiempo y hace poco me acordé de él pero no de la dirección o el nombre del blog, así que busqué en google "blog alemania amiga china compañera loca" y bingo! encontré el blog jaja

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    1. Que gracioso, la verdad es que las cosas que le pasaron a la pobre con esta señora tienen mucha miga. Curioso que hayas empezado a seguir el blog por esta historia tan "truculenta".
      Un saludo!!

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  3. Me alegra que por fín alguien cuente las muchas cosas que uno tiene que pasar en Alemania. Muchos blog cuenta lo maravilloso que son, lo ordenados, lo sincero, etc, etc y al resto nos ponen como lo peor. Una vez una alemana me preguntó si era espanola, le respondí que no que soy latina y me dice "no, importa son iguales, no les gusta trabajar y solo viven de fiesta, algunas veces me gustaría ser como ustedes".

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    1. qué blogs has leído? porque yo no encuentro apenas ningún blog made in españa que no propague la cultura del prejuicio, que sea al menos un poco imparcial.

      De verdad viviste esto en alemania? (pregunta para anónimo)
      Vamos, los alemanes son más ahorrativos en general, lo cual es genial, pero no todos tienen trastorno obsesivo-compulsivo, ese cuento no me lo creo. Mi madre, por cierto, es española y es lo mismo prácticamente que esta señora que, por cierto, conociendo desde dentro la situación, casi me da pena.

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    2. ni psicosis ni mala persona necesariamente. siempre es difícil vivir con una persona que tiene una enfermedad, sobretodo si esta afecta a su conciencia de enfermedad. lo ideal es conocer un poco a esa persona y sus condiciones antes de nada y ya. Por qué no amortizáis los actos de gente mala de verdad? Esta señora lo hace pasar sin duda muy mal, pero ella lo pasa seguramente peor, o de qué creéis que se trata un trastorno de ansiedad?
      Pensáis que es más fácil vivir con un esquizofrénico que no se medica?

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