29 de enero de 2018

Dark


Nombre original: Dark.
Empresa productora: Netflix.
País: Alemania.
Año: 2017, con expectativas de que continúe.
Género: Misterio, sobrenatural, fantasía, drama.
Capítulos: 10 capítulos, 1 temporada.
Duración: 60 minutos cada capítulo.

Louis Hofmann como Jonas Kahnwald (adolescente)
Oliver Masucci como Ulrich Nielsen (adulto)
Karoline Eichhorn como Charlotte Doppler (adulta)
Deborah Kaufmann como Regina Tiedemann (adulta)
Mark Waschke como Noah


Por poner algunos ejemplos, la serie tiene una cantidad de actores muy grande.

La desaparición de un chico en el año 2019 en el tranquilo pueblo alemán de Winden desencadena una serie de extraños sucesos que de alguna forma parecen estar relacionados con algo que ocurrió en ese mismo lugar en 1986, exactamente hace 33 años.
Dark es la primera serie original de Netflix que está íntegramente escrita, rodada y producida en Alemania.


Hace unas semanas comencé a ver comentarios muy positivos sobre esta serie por todas partes y me decidí a darle una oportunidad.
He visto la primera temporada y de momento me ha gustado mucho. Es un poco lenta y bastante confusa, con saltos al pasado y al repasado que al principio cuesta entender. La enorme cantidad de personajes y todos los nombres con los que hay que quedarse hacen que algunas veces el espectador pueda perderse. Pero tiene algo que engancha.
No sé si es solo cosa mía, pero desde el principio me creó un sentimiento de desasosiego e intranquilidad que ha ido creciendo conforme la veía y tiene su culmen en el último capítulo de la primera temporada, cuando se nos abre una nueva rama con la que seguir explorando este extraño mundo.


Si os gustan las series de ciencia ficción, fantasía y sucesos paranormales os recomiendo verla. Seguro que os resulta interesante.
La han comparado mucho con Stranger Things, y aunque hay algunas cosas que nos recuerdan a ella toda la historia de Dark consigue meterte en su propio mundo y que dejes de compararla con otras series.
Seguro que hay por ahí alguien que ya la ha visto, ¿qué os ha parecido? ¿Os ha gustado?

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Desgraciadamente el cine alemán no es famoso en el mundo entero, y debido a eso mucha gente se pierde grandes películas y series. Si no te quieres perder ninguna de estas obras pásate por esta página.

¡Un saludo!



22 de enero de 2018

Hans Wurst

Me encanta descubrir palabras y expresiones nuevas en alemán y el otro día me encontré con uno de eso secretos que me pareció de lo más curioso.

Estaba en el trabajo y algún compañero había escrito en mi plan que a última hora iba a venir un paciente más, un tal Hans Wurst. Fui a preguntarle a una de mis compañeras si había sido ella quien lo había apuntado, pues no podía quedarme media hora más. Cuando vio el nombre del paciente se rió y no le dio más importancia.

Yo me quedé con cara de tonta sin entender nada. Es cierto que el nombre es gracioso, Hans es un nombre de hombre muy común, Juan. Y el apellido, Wurst, es salchicha. Es decir, Juan Salchicha. Pero por más cómico que sea el nombre seguía sin poder quedarme media hora más.

Le pregunté a otros dos compañeros si habían sido ellos y de todos obtuve la misma respuesta; solo se reían y me miraban con cara de “pobrecilla, no entiende nada”. Al final se apiadaron de mí y me explicaron el chiste.

Resulta que ese nombre, Hans Wurst, es un personaje inventado. Es una especie de bufón gracioso. Una figura cómica del teatro alemán que apareció por primera vez en el siglo XVI. 


Aunque si lo escribimos todos junto, hanswurst, se puede utilizar como un adjetivo. Es una manera de decirle a alguien que es un estúpido, un tonto, de esos graciosillos que no tienen nada de gracia. Pero es una palabra muy, muy antigua y probablemente la gente joven no la conozca.

En Austria lo conocen como Wurschtl, Hausnarr o Kasperl.

No sé si en español tenemos algo parecido. Solo se me ocurren los chistes de Jaimito o decirle a alguien “eres más tonto que Abundio”.

Me pareció un detalle muy curioso, algo más para seguir profundizando en los confines del idioma alemán.

¿Alguna vez habéis encontrado con Hans Wurst? ¿Cómo fue la experiencia? ¿Sabéis homónimos de este nombre en otros idiomas?

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El alemán es un idioma muy rico, tiene una gran cantidad de palabras y de expresiones que muchas veces desconocemos, pero para descubrirlas solo tienes que pinchar en este enlace: Peculiaridades del alemán.

¡Un saludo!


15 de enero de 2018

¿Qué echaría de menos?

Hace ya un tiempo Marta del blog La libreta Roja lanzó un tema para todos aquellos que tenemos un blog y vivimos en Alemania, el tema era nombrar aquellas cosas que echaríamos en falta de este país si ya no viviésemos aquí.

El plazo acabó en noviembre, así que voy con bastante retraso, pero me gustó tanto la idea que voy a dejaros esas 11 cosas que yo echaría de menos de Alemania. Sí, 11, vivo en Colonia, para mí ya no hay otro número posible.


1 - La tranquilidad.

Me gusta ese concepto de Ruhezeit que tienen los alemanes. Que a partir de las 10 de la noche haya silencio y calma. Por lo general todo el mundo suele respetarlo y para mí es un lujo poder dormir en verano con la ventana abierta sin que ningún “cabestro” me despierte en mitad de la noche gritando estupideces.

Al principio se hace raro que las ferias callejeras cierren a esa hora, así que muchas veces nos quedábamos sin ver todos los puestos. Pero esto es tan solo acostumbrarse a los horarios. Ahora en lugar de quedar a las 9 de la noche, quedamos a las 6.

No hay nada como adaptarse.


2 - Los perros no son el mal.

Yo no tengo perro, pero he vivido varios meses con uno y de vez en cuando me lo quedo y me encanta poder ir con él a todas partes. En Alemania puedes entrar con un perro a los restaurantes, a las tiendas y al metro, de hecho no hay que pagar billete por ellos y sí por la bici.

Me gusta el concepto que se tiene de que es un animal de compañía, no un ser destructivo que se va a comer las camisetas de las estanterías de las tiendas o se va a hacer pis en el metro.

Hay algunos sitios a los que no pueden entrar como a los supermercados, edificios del gobierno y a los turcos y Mc Donald, pero ya está. Sabiendo eso puedes salir un día de casa sin tener que preocuparte por el perro, te lo llevas contigo y listo.


3 - El Pfand.

En España mis padres siempre reciclaron por lo que el reciclaje en sí no es algo que extrañaría, pues es algo que seguiría haciendo pero el Pfand si que lo echaría de menos. Me encanta eso de acumular botellas y que luego te den dinero por ellas.


La verdad es que no entiendo como no lo han puesto en España.

Gracias a este concepto las calles alemanas están mucha más limpias pues hay gente que se dedica a recolectar todas esas botellas “olvidadas”.



4 - Cenar pronto y que no me miren como a un bicho raro.

Me gusta cenar temprano. Odio irme a la cama con el estómago lleno y como me suelo acostar temprano esta costumbre alemana me viene genial.

En España siempre cenaba a partir de las 9. Al principio de venir a Alemania lo adelanté a las 8.30 pero hace un tiempo que nos ponemos a hacer la cena a las 7 y cuarto de la tarde.

Así que para cuando me voy a dormir ya he hecho la digestión y duermo mucho mejor.


5 - La Navidad alemana.

Siempre me gustó esta época del año pero en Alemania tiene un algo especial. Los mercados de Navidad, las luces, la decoración, el frío. No sé, hay algo mágico que fascina.


Me encantan los Rauchermann, los cascanueces, comer Flammlachs recién hecho y chocolate caliente en los mercados de Navidad con la bufanda bien enrollada, el gorro hasta las orejas y que el calor de la taza traspase los guantes y te caliente el cuerpo entero.


6- El paso de las estaciones.

En España tenemos verano o invierno. Los árboles están verdes o sin hojas. En Alemania el paso de las estaciones es visible y los paisajes de otoño, con todos los árboles en diferentes tonos de amarillo es simplemente precioso.

En primavera Alemania se llena de color. Cuando comienza el buen tiempo los supermercados se inundan de flores y tierra y no hay casa con balcón de la que no cuelguen geranios o alguna otra flor.

En verano todo se mantiene verde hasta que poco a poco los árboles van tornándose amarillos hasta que pierden sus hojas.

El paisaje parece muerto pero unos meses después unos pequeños brotes comienzan a salir y la vida regresa en un estallido de color.

Lo único que no echaría de menos es la extrema alergia que tengo durante toda la primavera. Horrible.



7- Poder ir en bici a todas partes y que la gente las respete.

Casi siempre.

En España nunca me atreví a moverme con este vehículo pero en Alemania es lo más normal. Van al trabajo, de paseo o a hacer los recados en ella. Se mueven así y me encanta. El transporte público es bastante caro así que la opción de la bici es mucho más atrayente que ir andando.


Los carriles bicis suelen estar bastante bien, y tanto los coches como los peatones los respetan.


8- Las barbacoas.

Siempre me ha dado la sensación de que en Alemania se disfruta mucho más el verano. Hay tan pocos días soleados y de calor que cuando un día sale así no se te pasa por la cabeza quedarte en casa. Todo el mundo sale a los parques y las barbacoas crecen como setas.


9- La naturaleza en la ciudad.

No sé si será que he tenido suerte, pero en todas las casas en las que he vivido en Alemania, tanto en Colonia como en Berlín he tenido un parque más o menos cerca, a quince minutos de distancia como máximo. Parques con árboles, hierbas y florecillas. No hay cemento o baldosas, el suelo es de hierba y tierra.

Algunos de ellos no eran muy grandes pero aún así resultan un remanso de paz dentro de las grandes urbes y es algo que agradezco muchísimo.

En la zona de España de la que vengo eso es imposible de ver y es algo que me encanta de este país.


10- El alemán.

Pues sí, echaría de menos hablar alemán. Me encanta este idioma y la facilidad con la que se pueden crear palabras nuevas y conceptos.

Siempre hay algo nuevo que aprender.


11- El reto.

Me gusta vivir en el extranjero por el reto que supone tener que desenvolverte en un país con un idioma y cultura diferentes.

Gracias a esas experiencias aprendes que no todo lo que habías aprendido en tu país es correcto, pero tampoco tienes que integrar todas las tradiciones o formas de hacer las cosas de tu país de acogida. El mundo está lleno de grises y el reto está en saber cuándo ceder, cuando aceptar y cuando solo hay que entender y adaptar.

Y eso es lo bonito, nunca vas a aburrirte de tu vida, cuando pienses que ya estás integrado, siempre llegará algo que te trastoque los planes.



(# Hay otra cosa más que echaría de menos, pero como solo puedo decir 11 la pongo entre paréntesis. Echaría de menos la facilidad que tenemos para conocer el resto de Europa. Se encuentra en el centro del continente y es mucho más sencillo hacer una escapada desde aquí a Amsterdam o a París que desde España).


Desde que vivo en el extranjero pienso que tendría que ser obligatorio que todo el mundo viviese al menos seis meses en un país diferente. Lejos del confort que nos proporcionan la familia y los amigos. Es duro, eso está claro, pero uno no sabe lo fuerte que es hasta que no se ve en la situación de tener que comunicarse de alguna manera con el resto de personas que le rodean.

Vivir lejos de nuestra zona de confort no es sencillo pero me alegro mucho de haber escrito esta entrada para darme cuenta de la gran cantidad de cosas que echaría en falta si me fuese de Alemania. Si me pudiese a pensar más, seguro que podría escribir algunos extras más.


¿Qué echarías vosotros de menos de Alemania o de vuestro país de acogida?

¡Un saludo!


9 de enero de 2018

Siddharta


Título: Siddharta.
Autor: Hermann Hesse.
Año de publicación:1922.

En esta novela se narra la historia de Siddharta, un joven hindú que está decidido a averiguar por sí mismo el significado de la vida, el origen de todas las cosas y a conocer la verdad.

Es un libro bastante corto por lo que si comenzase a hablar más sobre la trama acabaría rebelando demasiado sobre él. Por lo que me limitaré a decir que es una novela compleja, con muchas ideas, pensamientos y aprendizajes que el lector debe de encontrar por si mismo.

No es una novela sencilla, aunque su lectura no resulta demasiado pesada, pero para encontrar esas lecciones que nos quiere dar el autor no podemos quedarnos con la primera lectura superficial. Para sacarle todo el jugo a esta obra hay que leerla más de una vez, despacio, con tranquilidad y analizando cada una de las frases.

Personalmente me gustó bastante. Era la primera vez que leía algo de Hermann Hesse y la verdad es que no me decepcionó, estuvo a la altura de las expectativas. Aunque hay un punto negativo que debo mencionar y es que en más de una ocasión me dio la sensación de estar leyendo el resumen de una obra mucho más larga. Como si hubiesen querido condensar una novela voluminosa en unas pocas páginas, y eso es lo que tenemos entre las manos.

Debido a su brevedad yo recomiendo su lectura, al menos una vez y si nos pica el gusanillo de la curiosidad, siempre podemos releerla y comenzar a adentrarnos en los miles de recovecos que guarda en su interior.

La leí en español, me pareció que una historia de este calibre, con un vocabulario tan complicado y frases tan filosóficas iba a resultarme imposible de entender en alemán, pero quizás haya alguien que lo haya hecho en su idioma original ¿cómo fue?

¿Alguna vez habéis leído esta obra? ¿Qué os pareció?

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Si quieres leer más reseñas de libros alemanes pincha en este enlace: Biblioteca.

¡Un saludo!