30 de octubre de 2019

Crema de calabaza

Hay millones de recetas para hacer cremas de calabaza, algunos, como yo, no las siguen y se inventan las suyas propias con lo que tienen en casa, porque estos platos son tan fáciles de hacer y socorridos, que es casi imposible que salgan mal.

Aprovechando que estamos a finales de octubre, fecha álgida de la calabaza, os dejo una receta propia que probé el otro día.


Yo escogí una Spaghettikürbis, arriba a la izquierda, pero cortarla y quitarle la piel fue toda una odisea. Estaba muy buena, y el trabajo mereció la pena, pero seguro que la crema sale igual de rica con cualquier otra. Creo que las Butternusskürbis, arriba a la derecha, son las más fáciles de pelar y cortar.

Crema de calabaza



Ingredientes:

1 calabaza.
2 patatas.
1 cebolla.
3 zanahorias.
100 gramos de espinacas.
Sal.
Aceite de oliva.
Perejil.

Preparación:

Pelamos y cortamos la cebolla. La echamos en una olla express con aceite y la freímos hasta que esté un poco tostada.

Pelamos y cortamos en trozos pequeños la calabaza, las patatas y las zanahorias y las añadimos a la olla. Lavabos las espinacas y las metemos también. Echamos sal y vertemos agua hasta que los ingredientes estén casi cubiertos.

Cerramos la olla y esperamos a que empiece a echar vapor, una vez que eso ocurra, apagamos el fuego y lo dejamos hacerse durante diez minutos más.

Cuando pase el tiempo, abrimos la olla, quitamos casi toda el agua, y la dejamos a parte, que nos servirá para hacer una sopa de verduras. Batimos todos los ingredientes con una batidora o licuadora, añadimos perejil y un chorreón más de aceite de oliva y listo.

Como opción final, una vez servido en los platos, podemos echarle por encima trocitos de queso, pipas de calabaza y/o rodajitas de cebolleta.


Fue casi una receta improvisada, utilicé lo que tenía, una crema de calabaza a la Irene, que podría no haber llevado patatas, pero sí puerro, o un calabacín de extra. Esto es lo que me gusta de estas cremas, que son muy flexibles y se les puede echar casi de todo.

Os animo a que probéis la receta y me digáis cómo os ha salido mi invención.

¿Vosotros improvisáis las recetas, u os regís a lo que indican las instrucciones?

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Si te gusta cocinas, aquí te dejo un enlace con todas las recetas que ya hemos visto con anterioridad: ¿te vienes a descubrir nuevos platos?

¡Un saludo!




24 de octubre de 2019

Confusiones con el alemán

Regresamos con uno de los temas más recurrentes en el aprendizaje de los idiomas: las confusiones entre palabras muy parecidas, pero con significados totalmente diferentes.
En algunas ocasiones se queda como una simple anécdota, sin embargo, otras veces lo que acabamos diciendo son auténticas barbaridades.

Todavía tengo pensar cuando quiero decir que hay un mensaje en el AB, Anrufbeantworter, es decir, contestador, para no acabar diciendo BH, abreviatura de Brusthalter, o lo que es lo mismo: sujetador.

No será la primera vez que le digo a mi jefa que tiene un mensaje en el sostén…

Pero es que, ¿a quién se le ocurrió ponerles a esas cosas tan diferentes, dos siglas tan similares? (Indignación).


Nunca tuve especial problema con las palabras terremoto y fresa en alemán. Son sencillas de aprender y las tengo bien asentadas. Pero yo soy una gran fan de las fresas, podría comer fresas todos los días, y es una palabra que está bastante presente en mi vocabulario. En cambio, terremoto no lo está tanto, por suerte, no vivo terremotos todos los días.

Hace unos meses estuvimos de viaje en Japón, y durante nuestra estancia hubo un terremoto en el país. Fue muy lejos de donde nosotros estábamos, y no sentimos nada. Pero aún así la gente me preguntó, y ahí la lié.

—Es war ein starkes Erdbeben. Fast 7 Grad in der Richterskala.

O eso pensé yo que dije, hasta que la persona con la que hablaba me miró con una sonrisilla en la cara.

—Bist du sicher? Eine Erdbeere so stark habe ich nie gesehen.

Sí, confundí Erdbeben con Erdbeere. Por que las fresas japonesas tienen una fuerza monstruosa, sino, ¿de dónde creéis que sale Godzilla? Es porque es un amante acérrimo de las fresas, por supuesto. ¡Tokio por unas fresas! 


Y como no podía ser de otra forma, cada vez que cuento esta historia en alemán, siempre, siempre me equivoco, acabo mezclando las palabras y salen terremotos rosas y fresas forzudas.


Esta equivocación le pasó a una amiga mía. Trabaja en una oficina, y aunque su alemán es bueno, no es perfecto. Desconocía la palabra hervorragend, y uno de sus compañeros la utilizaba siempre que hablaba por teléfono.

Día tras día ella solo escuchaba una cosa: herr Voragend.

Pasaron las semanas y no dejaba de sorprenderse con las veces que su compañero hablaba con el tal Voragend. Parecía que cada llamada era con él. Y, al final, la curiosidad le pudo.

Por supuesto, cuando preguntó por el señor Voragend su compañero la miró con cara de no entender nada. Él no conocía a ningún hombre con un apellido tan raro.

Después de un rato enfrascados en una conversación de besugos, que habría pagado por haber podido escuchar, entendieron el problema. Por si no lo sabéis, hervorragend es una manera de decir excelente, perfecto, maravilloso. Y eso era lo que el compañero decía a cada hora en cada conversación telefónica. No es que estuviese obsesionado con ningún herr Voragend, sino que es un hombre muy positivo al que todo le parece maravilloso.


Otras dos palabras que siempre me hacen pensar son el sustantivo der Pickel, grano de la cara, espinilla, o como lo llaméis, y pinkeln, forma vulgar y poco fina de decir orinar, es decir, mear, así tal cual, así de feo.

No son dos palabras especialmente bonitas, pero entre decir que tienes un grano en la cara, a tienes meado en la cara, va un buen trecho.

Siempre lo pienso, pero algunas veces, bastantes, me lío, y al final, a mi alrededor, mucha gente va por la calle con pipí en el rostro, lo siento…


Esto de las equivocaciones entre palabras del mismo idioma da para escribir libros enteros. Seguro que a vosotros también os ha pasado alguna vez, ¿os animáis a contarnos vuestras metidas de pata?

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El alemán es un idioma muy rico, tiene una gran cantidad de palabras y de expresiones que muchas veces desconocemos. Para descubrirlas solo tienes que pinchar en este enlace: Peculiaridades del alemán.

¡Un saludo!



17 de octubre de 2019

Ich bin nicht ich - Tokio Hotel


Título: Ich bin nicht ich 
Grupo: Tokio Hotel 
Álbum: Schrei 
Año: 2005 


Esta fue la primera canción que escuché en alemán. Fue hace muchos años, unos meses antes de que se hiciesen mega famosos con su canción “Moonson”. Y tengo que confesar que fue gracias a esta canción, “Ich bin nicht ich”, que comencé a interesarme por el alemán.

Sino hubiese sido por Tokio Hotel, es muy probable que no estuviese viviendo en Alemania, así que, aunque hace ya mucho tiempo que dejé de seguir a este grupo, en homenaje a esta canción, y lo que ha supuesto en mi vida, me he animado a traducirla.

Conforme la iba escuchando me he llenado de nostalgia. Ha sido muy interesante hacerlo, pues hace años, cuando la oí por primera vez, no tenía ni idea de lo que decía. Pero ahora he podido entenderla sin leer la letra. Parece una tontería, pero me ha hecho mucha ilusión ver todo lo que he avanzado en el alemán.



10 de octubre de 2019

Wiesbaden


Wiesbaden es la capital del estado federado alemán de Hessen, y la segunda ciudad más grande de dicho Bundesland, solo superada por Frankfurt, que se encuentra a unos 39 kilómetros de distancia. Mainz, capital del estado vecino: Rheinland-Pfalz.
La ciudad se extiende en la orilla este del río Rin, y justo en el otro lado, en la orilla oeste, está

Tiene una población de unos 278.000 habitantes y es conocida por sus baños termales, de hecho, algunos la llaman “la Niza del norte”.

Por los restos arqueológicos encontrados, se sabe que la zona ya fue habitada desde el neolítico. Muchos siglos más tarde, en el año 77, la tribu germánica de los Mattiaker ocupó la zona y fueron los primeros en sacar provecho de las aguas termales, según la información registrada en el “Naturalis Historia” por el poeta romano Plinius el Viejo. Los romanos llamaron a este asentamiento Aquae Mattiacorum.

Los francos echaron a los germanos de aquí, y es entonces cuando encontramos el primer documento en el que aparece un nombre parecido al actual. Data de principios del siglo IX, fue escrito por Einhard, el biógrafo de Carlomagno, y llamaba a la ciudad Wisbada, que se supone que significa baño en la pradera.

Cuando el Imperio Carolingio cayó, toda la región pasó a ser parte de los dominios del Condado de Nassau. Wiesbaden recibió el rango de Ciudad Imperial, y desde el siglo XIII hasta 1866 fue la capital del ducado independiente de Nassau.

La ciudad fue destruida en dos incendios ocurridos a mediados del siglo XVI, y otra vez más durante la Guerra de los Treinta Años. Se dice que cuando este conflicto bélico acabó, en la ciudad tan solo quedaron cuarenta habitantes.

En 1890 el Duque Adolfo de Nassau fue nombrado Gran Duque de Luxemburgo, y fue en ese momento cuando comenzó un período de prosperidad para Wiesbaden. En 1907 se construyó la Kurhaus, un balneario que atrajo a toda la aristocracia alemana de la época, incluido el emperador Guillermo II, y por lo que Wiesbaden llegó a ostentar el título de “Kaiserstadt”, (ciudad del emperador). A esta época se remontan los edificios neoclásicos que encontramos hoy en día.

Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió más de dos meses de bombardeo por parte del lado aliado, y que destruyó algo más de la mitad de la ciudad. Se estiman que murieron alrededor de 1700 personas.

Después de la guerra, se convirtió en la capital del nuevo estado de Hessen.


Qué ver en Wiesbaden:

La estación central se encuentra a unos 15 minutos caminando del casco antiguo de la ciudad.



Schlossplatz / Plaza del palacio.

En esta plaza se encuentran muchos de los monumentos más importantes:


Marktbrunnen / Fuente de la plaza.

Es una fuente que se construyó entre los años 1753 y 1767.

Stadtschloss / Palacio de la ciudad.

Data de principios del siglo XIX y fue construido por Georg Moritz. Fue la residencia de los duques de Nassau. A partir del año 1918 se convirtió en la residencia imperial y desde 1948 fue la sede del Parlamento Regional, Hessischer Landstag.