Esta entrada va a ser un poco más corta de lo normal, pues
no os quiero aburrir con un tochaco que escribí contando mi odisea hasta que
conseguí tener en mi poder los papeles de la convalidación de mi título de
fisioterapia.
Casi un año más tarde, muchas idas y venidas, y algún que
otro destrozo de mitos en lo que a los alemanes se refiere, al fin, ayer, me
dieron los tan ansiados documentos.
La burocracia es igual en todas partes y este país no es
para nada una excepción, cosa que los mismos alemanes reconocen, es decir la
palabra burocracia y todos se echan a temblar. Esto ya me lo suponía, pero lo
que he tenido que descubrir a base de esperar y llegar hasta los límites de la
paciencia un par de veces es que al igual que en España el que no llora no
mama, y si quieres algo tienes que insistir y dar la lata y no rendirte y
seguir dando la lata. Y al igual que en España, nuevamente, si la empresa que
te quiere contratar mete presión, siempre va a ser algo más rápido. En mi caso
mi jefe tuvo que escribir un par de veces al ministerio en cuestión para saber
como iba mi caso, porque de mi pasaban completamente.
Es en este campo, funcionarios, papeles y documentos
oficiales, en los que España y Alemania son como hermanos gemelos, todo lo que
hayáis tenido que hacer allí para conseguir algo saber que tendréis que
utilizarlo aquí, porque el sentido del orden y del buen hacer alemán se va por
la cloaca y si además le añades a eso lo cuadriculados que son, puedes echarte
a temblar, como algo no esté claro se lían y no sabrán por donde seguir.
Cosa que viví en propias carnes durante este proceso. El funcionario
en cuestión que estaba llevando mi caso me envió una carta súper bonita donde
escribía con todo detalle un problema en mi convalidación.
Saber que mis notas no van por horas, imagino que al igual
que las vuestras, lo que aparecen son los créditos y luego hay una aclaración
de a cuantas horas corresponde un crédito.
La verdad es que no sé muy bien como llegó a hacer la suma
que hizo, pues le salía menos de la mitad de lo que resulta al hacer la
multiplicación. Pensé que podía ser porque si una asignatura no se imparte en
Alemania quizás no te la cuenten, pero ¿tantas?
Le expliqué lo que pasaba a mi jefe y ahí fue cuando me di
cuenta de donde estaba el problema. No estaba todo ordenado y claramente
explicado, paso por paso y una cosa tras otra, por lo que muy posiblemente el
funcionario en cuestión se veía incapaz de realizar la operación matemática
correspondiente y puso… no sé, ¿un número al tun tún?
Me costó bastante hacerle entender a mi jefe que tenía que
ir sumando las horas de diferentes hojas, eso de que no estuviese todo claro
cristalino le estaba fundiendo los circuitos. Al final le escribió una carta al
funcionario explicándole como tenía que sumar, una carta que he de decir era de
lo más enrevesada, pero que todos los teutones entendían, no me preguntéis
porque, y unas semanas más tarde me llegó una parte de la convalidación.
Tan solo tengo experiencia con la burocracia española y
alemana, las dos igual de horribles, pero por conversaciones con amigos que han
vivido en otros países me parece que es algo mundialmente parecido, y no hay
estado que se libre, si hasta los pobres Astérix y Obélix tuvieron que sufrirla…
Pues muy bien.
ResponderEliminarBueno, me alegro que al final tengas las convalidaciones correspondientes. La verdad es que hasta que no haya un sistema Europeo de verdad esto seguir'a siendo un rollo.
ResponderEliminarSalu2.