Invierno Vs. Primavera

Ayer, después de no sé cuantas semanas, el Sol brillo en un cielo azul libre de nubes. Y llegamos a tener una temperatura máxima de hasta 12º.

Y como no podía ser de otra forma, los teutones salieron a la calle con sus mejores prendas veraniegas desempolvadas del armario. Con lo que no debían de haber contado era con el viento gélido que hacía acto de presencia cada vez que entrabas mínimamente en calor.

En esta época de transición del tiempo se pueden ver por la calle dos tipos de alemanes, los que aún mantienen neuronas vivas, por lo que aún poseen un mínimo de sentido común y llevan abrigos abrochado casi del todo y los optimistas sin suerte, esos que han sufrido congelación cerebral y dicen que el frío no va con ellos, y en un día como el de ayer, en el que la primavera hace un tenue intento de asomar la cabeza a través de la nieve, desempolvan sus prendas veraniegas y salen a la calle en camiseta de manga corta y chanclas con calcetines...

Porque si, la plaga de reconocimiento de guiris a kilómetros de distancia por la simple puesta de unas chanclas negras de playa acompañados con los calcetines más blancos del armario subidos hasta la rodilla ya ha llegado a Alemania. Bienvenidos!!! y bienvenida sea con vosotros la primavera, aunque yo todavía lleve abrigo y los guantes en la mochila, por si acaso.

Querido Invierno.

Gracias por tu visita, ha sido muy bonito volver a verte, pero de verdad, ya puedes marcharte. Siento mucho tener que decirte esto, pero creo que me he enamorado de Primavera. Por favor, entiéndeme, es algo correspondido. Podemos ser amigos en Facebook si quieres, pero en serio, deberías de coger tus cosas ya (nieve, hielo, temperaturas bajo cero...) e irte lo más pronto posible. Es que simplemente ya no podemos más.

Y tanta paz lleves como descanso dejas!!

De hecho, ayer me confirmaron que de forma extraoficial la primavera está llegando.

Este feliz acontecimiento se debe a que unas aves migratorias, Knänkente, pasaron ayer por las Teutonías en su largo viaje hasta tierras vikingas.

Y anuncian su llegada con una fiesta de graznidos horrorosos.

Personalmente a mi me pareció un sonido de lo más desagradable, pero los alemanes salieron todos a la calle a presenciar ese maravilloso espectáculo, como ellos mismos calificaban. Media hora estuvieron mirando al cielo, siguiendo los movimientos de la bandada de escandalosos pájaros hasta que se perdieron en la lejanía. 

Pero aunque parezca mentira, debió de ser algo muy especial para ellos, pues cuando entraron de nuevo al edificio tenían todos una enorme sonrisa de oreja a oreja y las caras rojas después de haber estado expuestos al sol durante un periodo de tiempo relativamente largo...

Me entró mucha curiosidad por saber que ave ha podido causar tal alteración en el estado de ánimo de los germanos. Así que al llegar a casa busqué a dicho animal milagroso. 

Decepción se queda corto para expresar lo que sentí cuando encontré al susodicho pajarraco... la verdad es que no sé que me esperaba, pero para tal reacción debía de ser, por lo menos, un Fénix.

¿Y que me encuentro? un pato. Un simple pato, vulgar, normal y corriente, sin nada en especial, de esos que puedes encontrarte una tarde de domingueo por Doñana o en una bandeja a la naranja... que pena...

Pero de todas formas, con pato o sin el, Guiris rojo cangrejo y calcetines blancos Willkommen seáis, y con vosotros el calor!!

Saludos!!