Si ya lo decían... y es que no se puede juzgar a
nadie por su apariencia, ni a un libro por su portada, pues eso puede tener un
resultado desagradable y doloroso, sobre todo para el bolsillo.
Como ya he dicho en alguna ocasión, en Alemania
no hay tornos en los metros y uno puede entrar libremente con billete o sin él.
Pero cuando optas por la aventura de viajar en "negro" tienes que ir
con mil ojos y controlar las puertas, por si ves a los revisores entrar, poner
pies en polvorosa.
Aquí en Colonia las máquinas para comprar los
billetes se encuentran también dentro de los mismos trenes, así que si los ves
llegar puedes comprarlo en el momento.
Y es que veréis, los revisores van todos
uniformados, con un abrigo azul oscuro que lleva a la espalda el nombre y
logotipo de la Deutsche Bahn, que es el correspondiente alemán de RENFE. Aunque
lo más característico de este uniforme es una gorra color rojo sangre visible
desde el otro lado del andén, es como un cartel luminoso con luces de neón que
avisa del inminente control de billetes. Es en estos momentos en los que se
aprecia que no todos los alemanes están tan apegados a las normas como se les
supondría, pues en un visto y no visto la cola para comprar los billetes ha
aumentado de forma considerable. Parece mentira, pero al final va a resultar
que no son tan horchatosos como quieren hacernos creer. De todas formas, y en
defensa de la disciplina y buen hacer alemán, confieso que no son tantos como
cabría esperar.
Hace un par de días, la Deutsche Bahn, abreviado
con DB, se puso en huelga, si, aunque pueda parecer mentira en Alemania cuando
los trabajadores de los transportes públicos no están contentos con algo
también hacen huelga. Pues desde ese día X hay controles de billetes por todas
partes, en un mismo día me lo han llegado a pedir hasta tres veces.
Lo mejor de todo es la imaginación y originalidad
que le echan a la cosa.
El lunes pasado, a eso de las 8.30, llegamos a
una estación por la que pasan tres líneas y es justamente la anterior a
Friesenplatz, uno de los puntos más céntricos de la ciudad. Y allí, en el andén
había más de treinta revisores... el tren paró y entraron a destajo, llevándose
a unos cuantos por delante, todo hay que decirlo, pues en ese momento a nadie
le dio tiempo de ir a la máquina. Eso fue una encerrona en toda regla, parecían
chacales acorralando a las pobres ovejas... y una vez que todo el mundo hubo
enseñado el billete, los revisores salieron, las puertas se cerraron y el tren
siguió su trayecto como si nada hubiese pasado, dejándome con una sensación
rara en el cuerpo, como no sabiendo si lo que acababa de suceder era real o por
el contrario aún seguía durmiendo...
Pero la mejor táctica, la más efectiva y
despiadada, esa que no muestra compasión por nadie es la de poner a los
revisores de paisano... ohhh... eso no se hace, es juego sucio y además hace
mucho daño. Pues entras en el metro y ves gente normal, una madre con su hijo,
una pareja de tortolitos, un chaval heavy con el pelo en la cara y los cascos
puesto que va a su bola, un hombre de traje, unos amigos con sus perros (si, en
el metro pueden montar los perros y me parece que no hay que pagar por ellos),
unos ancianillos... Te sientas, te pones a mirar por la ventana y de pronto
cuando el tren ya se ha puesto en marcha, ves al chaval de los cascos, el heavy
que estaba sentado en el rincón, ahora está de pie en el pasillo, a tu lado,
con la tarjeta de DB y sin que nadie se entere te está pidiendo el billete...
Y así señores, es como se destrozan los
estereotipos de un plumazo, sin dejarles la más mínima posibilidad de volver a
germinar. Chicos de pelos largos y chicas maquilladas de negro, vestidos con
cadenas, botas de pinchos y camisetas de Rammstein, Blind Guardian, KISS o
AC/DC trabajando como revisores de metro de incógnito...
Un saludo!!
Un saludo!!
Por cosas como esta la gente te mira con mala cara, no es que les caigas mal, ni que estén enfadados con el mundo, tratan de buscar al revisor. Es como si wally se quitase su exótico traje, si ya de por si era difícil encontrarlo. Un espectáculo digno de ver la 'redada' de revisores, si llevabas billete claro. Pasate http://elrinconcuriosonumero7.blogspot.com.es/ (:
ResponderEliminarJajaja, así que te encontraste con el revisor del METAL! xD Por curiosidad, llevabas billete? Si no hay tornos, hay algun sistema para validar el billete o tienes que comprar uno cada vez? Aquí, en el metro, a veces te encuentras con un andén lleno de revisores y seguratas con sus lindos perritos, eso sí, sólo pillan a los que bajan ahí, o incluso los que quieren subir, pero el metro no espera... y si mientras te están pidiendo el billete se te escapa el metro, problema tuyo :S
ResponderEliminarSaludos!
Llevaba billete :) utilizo muchísimo el transporte público y en algún momento me habría pillado.
EliminarHay una maquinita naranja donde puedes validar los billetes.
Lo de los perros viajando en el transporte público también lo he visto en la granbretaña, sobre todo en tren y bus; al principio me disgustó pero luego ví que tampoco era para tanto y se comportaban mejor que algunas personas.
ResponderEliminarSalud.-
Bufff si alguna vez voy a Alemania, compraré el billete siempre XDDD
ResponderEliminarJajajajaja estaba leyendo justo este artículo cuando veo en una esquina del Bahn a los revisores, jajaja que cosas, afortunadamente se quedaron regañando a una niña que no tenía ticket, mientras por un ladito digo “Entschuldigung“ y salí...
ResponderEliminarBuenas Julián. Yo no suelo viajar sin billete. El tener que estar pendiente de las puertas me crea demasiado desasosiego. Prefiero comprarlo, olvidarme y viajar tranquila.
Eliminar¡Un saludo!