Esta es la historia de tres objetos del mobiliario urbano
que por medio de impensadas coincidencias terminan uniéndose.
Seguramente a muchos de vosotros esta información no os
resultará nueva, Alemania es oscura. Pero saber que no me refiero solo a la
ausencia de luz solar, que a eso de las 4 de la tarde se hace de noche, sino
que además las farolas son un bien protegido y se ponen con cuenta gotas.
En las grandes avenidas no te llegas a dar cuenta de su casi
inexistencia ya que los comercios poseen su propia iluminación, y con las luces
fluorescentes de los letreros de los supermercados y bares se ve bien. Pero en
el momento en el que abandonas esas calles y comienzas a callejear sientes que
te adentras en un submundo tenebroso.
Y no os creáis que tienes que irte un poco lejos, no.
Estamos hablando de la calle perpendicular. Estas en la esquina y ves como la
negrura lo envuelve todo a su alrededor, y allí, en el medio de la calle ves
una pequeña, solitaria y desamparada farola. Esta se esfuerza en alumbrar, pero
sus intentos resultan en vano y siempre acaba perdiendo su lucha contra la
oscuridad, aunque a veces une esfuerzos con otro mobiliario urbano, las
cortinas.
Las cortinas son objetos en peligro de extinción. Las
persianas, por su parte, ya encontraron su fin, y acompañan a los dinosaurios
en el destierro de este planeta.
Os acordáis de los visillos? esas cosas que hacen las
abuelas y ponen debajo del cristal de la mesa del salón? pues aquí están en
auge y es lo que ponen los alemanes en las ventanas... quedan monísimos de la
muerte.
Pues lo dicho, no hay casi cortinas, en el salón o la cocina
quedan absolutamente descartadas, y quedan reservadas, como mucho, a las
habitaciones, donde encontrarás una tela casi transparente que cuelga del techo
y tras la cual podrás ver todos los movimientos que hacen los vecinos.
Está claro que en este país no hay intimidad. Sobre todo
cuando hablamos de un bajo sin cortinas, que te dan ganas de poner el careto en la ventana, tipo peli de
miedo, y esperar a que algún habitante en la casa pase por allí...
buajajajajaja!!! (no creáis que lo digo en broma, que todos los días paso por
una de estas viviendas y tengo que contenerme las ganas).
Y estaréis pensando, ¿cómo se relacionan las cortinas con
las farolas? pues es simple. La falta de algo colgante en las ventanas provoca
que la luz de las casas ayude a la solitaria farola en su fútil intento de
alumbrar las calles. Aunque sus aunados esfuerzos terminan siempre en
estrepitosos fracasos. Así que tan solo te queda cruzar los dedos y rezar para
no encontrarte con el tercer miembro en discordia, las cacas.
Durante la mayor parte del día, la luz solar abandona este
país y los viandantes deben encomendarse a la suerte para no pisar una
"mina". Cosa que gracias a Gott es sumamente complicado.
Un día, recién llegada a Germania, me fije en la prácticamente
inexistencia de desechos perrunos en las calles, y fue algo que me causó
bastante curiosidad, como es posible?? pero ahora, tras haber paseado por las
calles, lo entiendo a la perfección. Imaginaros como sería esta situación en
España... no puedes ir esquivándolas, porque no las ves! al final todos
terminaríamos comprando zapatos nuevos cada semana, porque creéis que seríamos
capaces de no dejar la huella de la existencia de nuestro querido canino en la
acera?? quien sabe, pero sería muy gracioso pisar la deposición que nuestro
propio perro ha dejado esta mañana...
Un saludo!!
Qué entrada más grande Irene!!! Por una Alemania libre de cacas (y de luz) XDD
ResponderEliminarQué grande Irene!!!!
ResponderEliminarjaajajaja.... yo ya tengo el visillo preparado para la nueva Hause...OMGOTTEN!!
En serio, con lo de las persianas no sé ya si reir o llorar, debo optar por lo 1º viendo el futuro ajajjaa..
Bss
Vane