9 de mayo de 2016

Historia - Pueblos germánicos: Arminio y los romanos

Siguiendo donde lo dejamos anteriormente en la historia de Alemania...

El Imperio Romano estaba bien asentado, las tropas romanas habían ido conquistando poco a poco terreno enemigo hasta llegar al Elba.


Las tribus germanas que se encontraban dentro del territorio del Imperio estaban controladas gracias al alto precio que los jefes de las tribus anexionadas habían tenido que pagar. Estos debían entregar uno de sus hijos que luego eran educados y entrenados en Roma como cualquier otro ciudadano romano. Con esta táctica el Imperio Romano se aseguraba que sus padres no emprenderían ningún tipo de acción contra ellos por miedo a lo que eso podría ocasionarle a sus hijos y además educaban a los jóvenes en su cultura convirtiéndolos en auténticos romanos.

Esto fue lo que pasó con Arminius (Arminio), el hijo de Segimer, el jefe de los queruscos. Cuando aún era un niño los romanos se lo llevaron a la capital del imperio junto con otro chico de su tribu, Flavius. Allí los dos pequeños germanos aprendieron en las escuelas romanas, se les enseñó latín, se les entrenó en el arte de la guerra y se les educó para comportarse como cualquier otro romano lo haría y así se les concedió la ciudadanía romana.

Aunque Arminio fue un poco más allá, a él se le otorgó el título de noble y llegó a compartir mesa con Publio Quintilio Varo, un procónsul romano, con el que tuvo una gran amistad.

A pesar de la conquista del lado este del Rin, aún había muchas tribus que se negaban a someterse al dominio de Roma y de vez en cuando se producían pequeñas rebeliones.
El emperador Augusto ansiaba hacer con Germania lo mismo que años atrás Julio Cesar había hecho con la Galia, controlarla por completo, y para ello puso en marcha dos acciones.



Primero intentó enseñarles a los germanos las ventajas que podían obtener si se unían a ellos. Así que construyó una auténtica villa romana, con un foro y termas. Y esperó que este asentamiento se convirtiese en el centro administrativo de Germania, desde el que se controlaría todo ese amplio territorio.

Como administrador de esta región el emperador eligió a Varo, el cual había tenido ya grandes éxitos en la conquista de Siria.

Dado que Arminio conocía estas tierras y a sus habitantes se le envió a Germania con la orden de encontrar la manera de traer la paz al Imperio. Y así, casi veinte años más tarde de verse forzados a abandonar su tierra Arminio y Flavius regresaron a Germania bajo las órdenes de Varo.

No se sabe con certeza que fue lo que ocurrió, tan solo podemos hacer suposiciones basándonos en los escritos de los cronistas de la época.
Se presupone que Arminio realmente quería cumplir con su deber como romano, había visto los privilegios de Roma y quería eso para su gente. Pero los métodos de persuasión de Varo no eran para nada amables y se dice que Arminio no pudo aguantar ver como los romanos ultrajaban a sus compatriotas.
Los germanos son un pueblo orgulloso, así que no le fue demasiado complicado unirlos a todos bajo su mando. Las antiguas disputas se olvidaron, se formaron nuevas alianzas, el enemigo de mi enemigo es mi amigo e idearon un plan para expulsar a los germanos de sus tierras y mandarlos a la otra orilla del Rin.

En el año 9 de nuestra era se produjo una de las mayores derrotas que el Imperio Romano ha sufrido a lo largo de su historia. Se dice que Arminio le hizo creer a Varo que en esos momentos se estaba comenzando un rebelión en la Germania profunda y que debían ponerse en marcha para sofocarla antes de que se extendiese por todo el territorio. Varo confiaba en Arminio y nunca se pudo imaginar que las palabras de joven germano le fuesen a conducir a tamaña emboscada.

Tres legiones se pusieron en marcha, la XVII, la XVIII y la XIX. El camino era largo y estaba lleno de zonas boscosas. Poco a poco se fueron adentrando en el bosque y eso hizo que la formación de estas legiones se disolviese. Arminio sabía que si conseguía bloquear la disciplina de las tropas, que era su punto más fuerte, podría conseguir ganar la batalla.

No se sabe con cuantos hombres contaban los germanos, lo que si se conoce es que las tres legiones romanas fueron completamente aniquiladas, unos 30.000 hombres. Todos los soldados fueron asesinados y aquellos que tenían un alto rango fueron utilizados como sacrificio para los dioses germanos.


A esta batalla se la llamó la batalla del bosque de Teutoburgo o desastre de Varo (en alemán Varusschlacht o Schlacht im Teutoburger Wald). No se sabe con exactitud donde se produjo pero se presupone que fue cerca de la colina de Kalkriese, a unos 20km al norte de la actual Osnabrück.

El final de Varo nos es desconocido, aunque su muerte fue segura, ya que su cabeza fue enviada al emperador Augusto. Los cronistas cuentan que esta derrota fue demoledora para el emperador y de vez en cuando se le podía escuchar gritar "Quintili Vare, legiones redde!" (¡Varo, devuélveme mis legiones!).

Una de las cosas que más dolió de esta derrota fue la perdida de los estandartes de las tres legiones, pues esto era un símbolo de orgullo para los romanos. Tras la muerte de Augusto, su sucesor Tiberio, mandó a su sobrino, Germánico Julio César, al mando de ocho legiones con el fin de encontrar el lugar de batalla del bosque de Teutoburgo, darle un entierro digno a los muertos y recuperar todo lo posible, estandartes incluidos, aunque los números de las tres legiones derrotadas nunca más fueron utilizadas en la historia militar de Roma.

Esta nueva marcha en tierras germanas también se hizo con la esperanza de no dar una imagen de debilidad. Germánico no se limitó a recuperar los restos de la batalla, si no que llevó a cabo una serie de escaramuzas por toda la zona. Con sus 50.000 soldados fueron ganando y perdiendo las batallas contra Arminio y los germanos.

En el año 15 Arminio sufrió una dura traición. Segestes le entregó a Germánico a su propia hija, Thusnelda, la mujer de Arminio. Este había prometido a su hija con otro hombre, pero tras la batalla del bosque de Teutoburgo Thusnelda se casó con Arminio. Segestes no estaba nada contento con esa decisión, además su tribu era partidaria de Roma, ya que hacían mucho comercio con ellos. Al final terminó entregando a su propia hija a los romanos.

‘Arminio se despide de Thusnelda’ (Johannes Gehrts, 1884)

Arminio nunca pudo recuperarla y esta fue enviada a Roma, donde fue exhibida como trofeo de victoria de Germánico. Se dice que tuvo un hijo de Arminio durante su cautiverio, el cual fue entrenado como gladiador. No se sabe cuando murió, pero pocos gladiadores llegaban a cumplir los 30 años.

La última y gran batalla entre las tropas romanas de Germánico y Arminio y sus germanos se produjo en el año 16, en la que se ha llamado batalla de Idistaviso, o la batalla del río Weser. No se sabe con exactitud se ubicación, se presupone que fue en algún lugar entre las actuales poblaciones de Minden y Hamelin.

Se podría decir que Germánico salió ganando, perdió unos 1.000 soldados, pero las pérdidas en el bando germano fueron mucho más numerosas. A pesar de esta derrota Arminio consiguió huir aunque su imagen de líder mermó muchísimo.

Roma había ganado la batalla pero el emperador Tiberio concluyó que no merecía la pena seguir perdiendo hombres en la conquista de esa tierra ostil, así que hizo retroceder la frontera de Roma de forma definitiva hasta el Rin y esta frontera fue muy fortalecida mediante los limes, un sistema de empalizadas y torres de vigilancia que separaban Roma de Germania, territorio nuevamente bárbaro.


Poco después de la batalla del bosque de Teutoburgo Arminio intentó conseguir una alianza con el jefe de la tribu de los marcómanos, Marbod, que era el otro gran líder de los germanos por aquella época. Para conseguir esa alianza le envió la cabeza de Varo, pero este la reenvió a Roma y durante toda la guerra entre Arminio y Germánico se mantuvo neutral.

Con la retirada de las tropas de Germánico Roma dejó de ser una amenaza para los germanos y Arminio volvió a intentar llegar a un acuerdo con Marbod. Pero este se negaba a ser un súbdito de Arminio, el cual quería proclamarse Rey de los Germanos.

En el año 17 se produjo la última batalla entre estos dos líderes. Marbod tuvo que retroceder, pero Arminio tenía muchos problemas dentro de su propio círculo y no pudo seguir al jefe de los marcómanos.

Arminio tenía bastantes desacuerdos con su familia política, y no todos los jefes de las tribus germanas que se suponía estaban a sus órdenes estaban contentos con su mandato. Al final, en el año 21 fue asesinado a traición por un miembro de su familia política.

Arminio no llegó a conseguir su deseo, ser el Rey de los Germanos. Este pueblo no estaba hecho para subyugarse ante nadie, no servían a ningún rey, almas libres. Pero si que consiguió liberarlos del yugo de Roma.
Por eso, en 1875, se comenzó a construir una estatua de más de 50 metros de altura, en las cercanías de Detmond, al sur del bosque de Teutoburgo, donde comenzó el inicio del fin de Roma en Germania.


En este monumento se muestra a un Arminio con barba y un casco con alas, pero en realidad no se sabe cual era su apariencia, pues a nuestros días no ha llegado ninguna imagen suya.

En alemán a esta estatua la llamaron Hermannsdenkmal, ya que Arminio, Arminius, era su nombre romano, nunca se supo cual fue su nombre germano. Con este monumento se quiso enorgullecer al pueblo alemán, y por lo tanto este líder no podía tener un nombre romano.


Mientras tanto...

A lo largo de esta entrada hemos cambiado de era, ya que se supone que Jesús de Nazaret nace, aunque no sabe con exactitud cuando sucedió.
En el año 50 se construye en la Torre de Hércules.
Unos años más tarde Roma se incendia y el emperador Nerón acusa a los cristianos y es el primer emperador que los persigue.
En el año 79 entra en erupción el volcán Vesubio llevándose a su paso las ciudades de Pompeya y Herculano.
Un año más tarde se finalizan las obras del Coliseo de Roma.

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Esto tan solo ha sido una pequeña parte de lo que es la historia de Alemania, aún queda mucho que contar y mucho que aprender. ¿Te vienes con nosotros de viaje al pasado?

Un saludo!!


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