14 de marzo de 2014

Abrir o no abrir...

Hace ya unos meses me contaron una historia de una chica ecuatoriana. Ella nació y creció en Alemania, así que a pesar de sus orígenes latinos, muchas de sus costumbres y formas de hacer las cosas son a la manera alemana. No sé si ha crecido con gente de Ecuador o no, pero es una chica que está totalmente alemanizada.
En una ocasión fue a visitar a su familia en Ecuador, y estando en casa de su abuela llamaron al timbre. Ellas no esperaban a nadie, y por lo tanto decía que no iba a abrir la puerta, así, sin más.
La verdad es que me pareció una reacción bastante extraña, ¿cómo no esperas a nadie no abres? ¿y si es el cartero? O quizás viene un amigo sin avisar, aunque si ha crecido en Alemania, y partiendo de la poca improvisación que gastan los teutones, ciertamente dudo mucho que esto pueda llegar a ocurrir.

Pero bueno, la cuestión es que ella no quería abrir la puerta pues no había quedado con nadie. La cara de su abuela debió de ser un poema. La de la mía quizás no, pero si le digo eso a mi madre seguro que me mira arqueando la ceja y me planta una colleja de regalo, mientras que me manda a ver quien es.



Al final terminó abriendo la puerta para encontrase con que ¡sorpresa! unos familiares habían decidido, así de pronto, que iban a comer con ellas.

Indignada estaba la chica, ¿vienen sin avisar y además se quedan a comer? ¡Imposible! La pobre no entendía nada, todo se salía demasiado de control.
La contestación de su abuela, ante la cara larga de la chica fue, para mi, de lo más normal.
“No pasa nada mujer, eso es echarle cuatro puñados más de arroz a la comida y ya está.”
Porque donde caben dos caben tres, se ha dicho siempre, o cuatro si nos ponemos.

Confieso que cuando me contaron esta historia me quedé un tanto descolocada. Creí que me estaban tomando el pelo. En España, e imagino que será igual en Latinoamérica, si alguien llama al timbre vas a ver quien es, lógico, ¿no? No sé, llamadme loca si queréis.
A comer sin avisar no es que haya venido mucha gente, pero dudo mucho que si alguna vez llega un familiar no se le haga un apaño a lo que haya, con un poco de improvisación seguro que encontramos algo.

Como me sonaba tan rara esta historia no le di mucha importancia hasta que hace unos meses nos mudamos de casa. Somos tres españolas, con un perro en un edificio donde la edad media del resto de habitantes supera con holgura los 60. Estuvimos hablando con unos amigos de lo que podíamos hacer para al menos intentar llevarnos bien con los vecinos de al lado y causarles una buena impresión.
Nuestra idea era ir las tres, con el perro, y presentarnos. Que conociesen al chucho y quizás, porque no, hacerles un poco la pelota llevándoles una tortilla.
A todos los españoles les parecía una buena idea, pero fuimos un poco precavidos y le preguntamos a una amiga alemana que le parecía nuestra idea.
Nos miró con cara rara y nos dijo:
-Yo no abro la puerta si no espero a nadie.

¡¡Toma ya!!

De verdad, en este país, existe gente así. ¡No era un cuento chino!

Al final decidimos arriesgarnos y llamar a la puerta sin ser esperados, sin tortilla pero con perro, que he de decir fue mucho más efectivo. Pues la tortilla la llevamos hace unas semanas, tras unos findes en los que hicimos bastante ruido. Aceptaron la tortilla, eso por supuesto, pero su única pregunta fue, "¿dónde está el perro?"


¿Moraleja de la historia?

Si vais alguna vez a casa de un alemán, si este es muy alemán, aseguraos bien de que sabe que vais antes de daros el paseo, pues puede ser que os quedéis en la puerta…


Saludos!!


13 comentarios:

  1. Judith de biutifulcincs14 de marzo de 2014, 9:59

    Hombre, lo de llevar el perro fue buena idea no? Porque parece que les gustan mucho los animales. Y ya después según vieras haces la tortilla, que hacerla sin saber la reacción era trabajar para nada.

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    1. Buenas Judith, el perro es un gran as en la manga, hay muy pocos alemanes que no hayan caído en las "dulces" redes del chucho, los animales son súper queridos en este país, y este se hace querer. No sé si lo has leído, hace unos meses le dediqué una entrada a este tema: http://alemaniaentrebastidores.blogspot.com.es/2013/09/perros-en-alemania.html

      Un saludo!!

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  2. Si es que para algunas cosas son de lo mas raros.
    Una posible explicacion es algo que descubri el pasado 11 de Noviembre en medio de la celebracion del inicio del carnaval y que luego he podido corroborar con algunos amigos alemanes.
    Al parecer hay una antigua ley en Alemania que obliga a prestar ayuda, no solo en carretera, sino tambien en casa, de modo que si alguien llama a tu casa a pedir ayuda y no se la prestas estarias cometiendo un delito. Esto puede hacer que sean reacios a contestar al timbre, porque si viene alguien que quiere usar el aseo, por ejemplo,, no puedes negarle el acceso a tu casa. Y si viene el cartero al final te quedas con el paquete del vecino como ya sabemos.

    Salu2

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    1. Tienes razón, en mi trabajo ha pasado que ha venido alguien a pedir si podía utilizar el baño y estábamos obligados a dejarle pasar... muy fuerte!

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    2. Perdonad!!??? de verdad que alguien puede llamar al timbre y entrar en un tu casa, en tu aseo, sin más?? Me lo estáis diciendo en serio??
      ¿Queda eso registrado en alguna parte? ¿Dónde está escrito? Eso tengo que leerlo yo...

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  3. El otro día estuve colgando unas luces en casa y necesitaba una cosa y fui a pedírsela a los vecinos. Sobra decir que ninguno me abrió la puerta (y llamé a todos los pisos) y eso que yo les oía, vamos, que en casa estaban

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    1. Nosotros por suerte, al final nos llevamos bien con los dos de los lados y si alguna que otra vez hemos tenido que pedirles algo, nos han abierto la puerta...
      ¿Has probado a hacerles la pelota? Lo de llevarles la tortilla funciona, sino, pues ya tienes cena para ese día.
      Un saludo!!

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  4. Hola Irene! Me encanta tu blog... y hasta hoy no me había decidido a escribir, jeje, allá voy:

    Llamadme rara, pero soy una chica de lo más abierta y "normal" española de pura cepa (Extremadura) y yo nunca abro la puerta si no espero a nadie. Vivo en Baviera desde hace 10 meses y aquí la experiencia me dice que pueden ser Testigos de Jeová que han visto apellido español en el timbre y quieren charlar un rato, también pueden ser los que cobran las tv y radios... alguien raro que quiere algo raro... así que, yo pasando! Mis amigos, conocidos, excompis de piso y demás, si ven que no les abro, pues me llaman al movil o escriben un whatsapp preguntandome si estoy en casa... o insisten un par de veces con el timbre y ya abro sin problemas! Por cierto, me gustaría aclarar que esto normalmente también lo hacía en mi casa de Badajoz ya que normalmente solía ser alguien pidiendo dinero, vendiendo papeletas... "revienta siestas" como los llamo yo! jejej

    Liebe Grüße!!!

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    1. Buenas!!
      Me está sorprendiendo bastante que los propios españoles sean tan alemanes... ¿que os pasa con las puertas?
      Yo que lo comenté como algo raro de los alemanes y mira por donde, salen compatriotas que hacen lo mismo...
      En España tengo un portero con imagen así que si sé quien es abro, pero en Alemania ni siquiera tengo telefonillo, y aún así sigo abriendo, aunque he de decir que casi nunca llama gente indeseada/inesperada.
      Será que tengo suerte.

      Me alegra de que te guste el blog y de que te hayas animado a escribir un comentario :D

      Un saludo "Roseta" (imagino que será nick)!

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  5. Me ha gustado mucho la historia y tu blog en general. Apenas lo voy descubriendo pero ya me pondré al día con lo hay escrito. Solo una duda, con esta frase: me planta una colleja de regalo ... quieres decir que es como un regaño?? Gracias, saludos desde Mexico

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    1. Buenas María Guadalupe. Me alegro de que te guste el blog. Tienes mucho que leer.

      Plantar una colleja es un golpe que se le da a alguien en la nuca porque ha hecho algo mal. Así que si, es regañar.

      Espero leerte de vez en cuando.

      Un saludo!!

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  6. Hola buen día!!!
    De verdad que me ha encantado leerte, he estado planeando mucho un viaje a Alemania y la verdad es que todo lo que he leído hacen que quiera ir con todo mi corazón, pero al mismo tiempo me da un poco de temor sobre todo por las culturas tan distintas (soy mexicana) desde que te encontré no paro de leer todo lo que has publicado.
    Eso de no abrir la puerta y bañar los platos me ha dejado sorprendida.
    Saludos

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    1. ¡Hola!
      Me alegro de que te gusten las entradas, espero que lo que leas te sirva de ayuda.
      No tengas miedo de venir a Alemania, aunque las culturas son algo distintas no es imposible que nos adaptemos al país, todo es cuestión de querer hacerlo y tener una mente abierta.
      ¡Mucho ánimo!
      Un saludo!!

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