14 de diciembre de 2015

Silencio en la mesa

Los españoles tenemos la fama de hablar muy alto y quizás aquellos que estéis en España no os hayáis dado cuenta, pero cuando vuelvo a casa y voy a un bar siempre me asombra la cantidad de ruido que hay. Es posible que el problema venga  por el tipo de construcción, quizás en España la insonorización de los locales sea diferente, haya más eco... o quizás la respuesta más sencilla sea la correcta, hablamos más alto.

Pero bueno, sea lo que sea, la cultura con la que comparo, la alemana, que es donde vivo, es mucho más silenciosa.
Está claro que cafres los hay en todos lados, y los alemanes ruidosos existen, en especial cuando se emborrachan... ahí se superan.

Pero si os vais a un restaurante o a una cafetería es muy posible que os encontréis a un tipo de pareja muy curiosa.
No voy a decir que sean dos personas mayores, pues algunos deben de rondar los 60 y algo. 
Digamos a partir de esa edad, los 60. Un hombre y una mujer, muy probablemente casados desde hace ya muchos años. Sentados uno al lado del otro, con un café delante y sin decirse nada. 
Tan solo están allí, mirando a su alrededor, leyendo el periódico o perdidos en sus pensamientos.

Durante muchos largos minutos no se dirigen la palabra, pero tampoco parece que estén enfadados. Simplemente están allí sentados, disfrutando del momento y no tienen la necesidad de hacer a la otra persona partícipe de sus pensamientos...

Hace ya algo más de dos años que me fijé por primera vez en esto. Justo delante de nosotros había una pareja como la anterior descrita. Estuvimos en el restaurante como dos horas y durante todo ese tiempo tan solo hablaron en un par de ocasiones. Tan solo miraban a su alrededor, se limitaban a estar allí sentados, cada uno con un café y con sigo mismo.

Y ayer lo volví a ver. Estábamos en un restaurante y una pareja mayor, estos si que rondarían los 70 y muchos, se sentaron a nuestro lado. Nos saludaron, pidieron algo de beber y se quedaron allí sin decirse prácticamente nada. Estos tampoco parecía enfadados, las pocas veces que hablaron lo hacían en un tono normal, cordial. Es como si llevasen ya tanto tiempo juntos que no tienen nada más que contarse...

Estas parejas silenciosas colaboran al poco ruido de los restaurantes, pero también hay otro grupo que ayuda a esto.


Estamos en un bar y a nuestro lado tenemos a un grupo de personas que se dedican a comer, simplemente. Beben, tragan, mastican y respiran. Pero de sus bocas no sale ni una sola palabra. De hecho al final te acabas preguntando si realmente se conocen entre ellos o se han sentado juntos porque no había otro sitio libre.

Pero luego acaban de comer, y de pronto, del absoluto silencio nace una conversación. Ahí es cuando te das cuenta de que en realidad sí que se conocen... ¿Están siguiendo quizás los consejos de mamá? Con la boca llena no se habla.

La primera vez que lo vi me resultó bastante curioso, cuando como procuro hacerlo con unos ciertos modales y eso de comer y hablar a la vez queda muy feo, pero una cosa es comer con cuidado y otra es no hablar nada...

Ninguna de estas dos situaciones las había visto nunca en España, ¿y vosotros?

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¿Curioso? ¿Interesante? ¿Descabellado? Los alemanes nunca van a dejar de sorprendernos, siempre habrá algo nuevo que descubrir. Si quieres conocer más "alemanadas", esas costumbres de los alemanes que nos resultan curiosas, échale un vistazo a esta página.

Un saludo!!





3 comentarios:

  1. Pues si que me suena, la verdad es que ni un extremo ni otro, no crees? Un beso desde Berlín :)

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    1. Buenas Pepa. La verdad es que si. En España algunas veces me agobio un poco con tanto ruido. Eso de no poder escuchar a quien tengo en frente no me gusta.
      Un saludo!!

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  2. Jajaja con lo ruidosos que somos los mexicanos. ahora entiendo a los que se nos quedan viendo en la cantina de la empresa.

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