20 de abril de 2015

El doctor Sabelotodo - Doctor Allwissend

Érase una vez un pobre campesino llamado Cangrejo que con sus dos bueyes condujo hasta la ciudad para venderle al doctor por dos monedas una carreta de leña.
Cuando el campesino llegó a casa del doctor este estaba en plena comida, así que mientras echaban cuentas del pago Cangrejo pudo ver lo que el doctor comía y bebía. La envidia se apoderó de él y pensó que él también debería de ser médico. Así que tras vacilar un poco acabó preguntándole al doctor que si él también podía ser médico.

- Por supuesto - le dijo el doctor - puedes conseguirlo muy pronto. Lo primero que debes hacer es comprar un libro de letras, de esos que tienen al principio un gallo pintado. Lo segundo que tendrás que hacer es vender la carreta y los bueyes. Con el dinero que consigas cómprate trajes y todo el material que un doctor necesita para trabajar. Y tercero, encarga un rótulo con las palabras "Soy el doctor Sabelotodo" y cuélgalo encima de la puerta de tu casa.   

El campesino hizo todo como le había sido indicado.
Cuando ya había comenzado a doctorar, pero tan solo un poquito, aun hombre rico le robaron una cierta cantidad de dinero. Al hombre alguien le habló del doctor Sabelotodo, le dijeron que vivía en un pueblo y que lo sabía todo, así que también debería saber donde se encontraba su dinero. El señor mandó poner el coche en marcha y condujo hasta el pueblo. Cuando llegó le preguntó si era el doctor Sabelotodo. Cuando Cangrejo le respondió que sí, el señor le dijo que entonces debería ir con él y recuperar el dinero que le había sido robado. El campesino no puso ninguna pega, pero pidió que su mujer, la Grethe, también fuese con ellos. El señor no tuvo problemas con eso y dejó que los dos subieran a su coche.

Cuando llegaron al caserío la mesa estaba puesta, así que el señor dijo que antes de empezar a hacer nada deberían comer. Cangrejo estuvo de acuerdo, siempre y cuando la Grethe comiese con ellos. El señor no tuvo nada en contra, por lo que los tres se sentaron a la mesa.
Al llegar el primer criado con una hermosa cacerola llena de comida, Cangrejo le comento a su mujer.

- Grethe, él fue el primero.


Y solo quiso dar a entender que él fue quien les sirvió la primera comida. Aunque el sirviente entendió con ello que él era el primer ladrón. Realmente esto era cierto, y al sirviente le entró miedo. Cuando salió de la habitación les dijo a sus compañeros.

- El médico lo sabe todo. Esto tiene muy mala pinta. Acaba de decir que yo fui el primero.

El segundo no quería entrar en la sala, pero debía hacerlo.
Cuando entró con su cacerola escuchó como el doctor le decía a su mujer.

- Grethe, este es el segundo.

El segundo sirviente también se asustó  y salió lo más rápidamente que pudo.
Al tercero tampoco le fue mucho mejor. Cuando llegó Cangrejo volvió a decir.

- Grethe, este es el tercero.

El cuarto llevaba una fuente con tapa y el señor le pidió al doctor que mostrase sus artes y adivinase que era lo que había en el recipiente. Que casualmente no eran otra cosa más que cangrejos.
El campesino miró la fuente, no tenía ni idea de lo que podría haber dentro y sin saber como podría conseguir algo de ayuda dijo en voz alta.

- ¡Ay de mi! Pobre Cangrejo.
- Ahí lo tenemos. Como sabe eso, también deberá saber quien es el que tiene el dinero - dijo el señor satisfecho ante la respuesta de Cangrejo.

El sirviente había entrado en pánico y le guiñó un ojo al doctor para darle a entender que saliese un momento de la sala. Cuando el doctor estuvo fuera se encontró con los cuatro sirvientes, que de pie en frente de él confesaron haber robado el dinero. 


Le aseguraron que estaban dispuestos a reponerlo y a darle a él una cuantiosa suma si no los delataba, pues la cabeza les iba en ello. Luego le llevaron hasta el lugar en el que habían escondido el dinero.
El doctor aceptó el trato y volviendo a la sala dijo.

- Señor, tan solo miraré en mi libro y sabré donde está el dinero escondido.

El quinto sirviente se había escondido en la chimenea, quería escuchar si el doctor sabía algo más. Cangrejo abrió su libro de letras y comenzó a pasar las páginas de delante a atrás buscando el gallo.
Pero como le estaba costando mucho encontrarlo dijo en voz alta.

- Sé que estás ahí y tendrás que salir.

El sirviente que se encontraba en la chimenea creyó que esas palabras estaban dirigidas a él y aterrorizado salió del escondite.

- ¡El hombre lo sabe todo!

El doctor Sabelotodo le mostró al señor donde se encontraba el dinero, aunque no le dijo quien había sido el ladrón. Por las dos partes recibió una buena cantidad de dinero como recompensa y además se hizo famoso.

Nunca había leído este libro, ¿qué os ha parecido? A mi la verdad es que me ha sorprendido no ver nada macabro o sangriento. Ya estoy acostumbrada a estas cosas en los cuentos de los hermanos Grimm.
El cuento me ha parecido curioso, con una moraleja un tanto extraña. ¿No importa que no sepas de nada? ¿Al final todo saldrá bien? ¿Cuál pensáis vosotros que es la moraleja de este cuento?

El doctor Sabelotodo - Doctor Allwissend, es el cuento número 98 del libro "Cuentos de la infancia y del hogar" escrito por los hermanos Grimm.
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Y colorín colorado, este cuento se ha acabado... pero aún quedan muchos más cuentos que leer, muchas historias por recordar y otras tantas por descubrir. ¿Te vienes? Cuentos de los hermanos Grimm

Un saludo!!





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