28 de noviembre de 2016

Dr. Oetker


La firma alemana Dr. Oetker es mundialmente famosa, aunque no son muchos los que conocen la historia de esta empresa, en algunas etapas un tanto lúgubre.

Todo comenzó en 1981 en la localidad de Bielefeld, donde August Oetker adquirió una de las pocas farmacias de la ciudad y comenzó a experimentar con diferentes productos. Tenía muchas ideas en la cabeza, pero sin duda la que más éxito le proporcionó fue una levadura que no alteraba el sabor de la receta.

La fabricación de este producto le suponía una inversión bastante baja, por lo que su precio tampoco tenía que ser demasiado alto y aún así le resultaba rentable.

Unos años más tarde comenzó una importante campaña de publicidad para su levadura bajo el nombre de la recién fundada empresa Dr. Oetker y en 1900 fundó en Bielefeld la fábrica que hoy día sigue siendo la sede principal de la firma.


Con esta fábrica ya en funcionamiento siguió expandiendo su producto inicial y ampliando la variedad de artículos que comercializaba.

Tanto como sus dos hermanos como su único hijo, Rudolf Oetker, trabajaron en la empresa familiar, aunque fue su hijo el que debería de heredar el cargo de director a la muerte de August. Pero la Primera Guerra llegó y Rudolf murió en 1916 durante una batalla por lo que la empresa se quedó sin un sucesor directo capacitado para llevar las riendas.

Rudolf tenía dos hijos, un niño y una niña, pero cuando murió estos eran demasiado pequeños. Se dice que August no pudo superar la muerte de su único hijo y que eso le quitó las ganas de vivir y seguir desarrollando nuevas ideas. En su testamento dejó escrito que uno de sus empleados más allegados Fritz Behringer sería el encargado de la dirección de la empresa hasta que su nieto tuviese la edad suficiente como para dirigirla por el mismo.

Augusto murió en 1918 cuando su nieto tan solo contaba con dos años.

Durante la Primera Guerra Mundial la empresa consiguió mantenerse como una de las firmas más productivas de Alemania. Sus productos de pastelería se hicieron rápidamente hueco en las cocinas de las amas de casa alemanes, que además se mantuvieron fieles al producto nacional, en detrimento de los productos de origen extranjero.

Pero en 1920 la firma sufrió una caída de hasta el 75% de sus pedidos, lo que supuso la imposibilidad de hacer frente a las facturas. Uno de los proveedores intentó comprar la empresa para que esta pudiese saldar sus deudas, pero esto supondría el final de Dr. Oetker como tal.

A principios del año siguiente, antes de que se llevase a cabo cualquier trato, Fritz Behringer murió y el mando de la empresa quedó en manos Rudolf-August Oetker, aunque como aún era menor de edad no podía ejercer como director, por lo que fue aconsejado por Louis Oetker, uno de los hermanos de August y Richard Kaselowsky, el nuevo marido de Ida Oetker, la mujer de Rudolf Oetker.

Rudolf-August Oetker decidió que la empresa no sería vendida y que las deudas se pagarían. Y aunque fue una decisión arriesgada la época de altibajos económicos que vivía Alemania en aquellos años ayudó a que la deuda fuese saldada de manera rápida y sin tener que pagar demasiado por ello.

Y así, en un par de años la empresa Dr. Oetker volvió a estar bien situada y en manos de la familia Oetker.

En 1923 la firma comenzó de nuevo a expandirse, se construyeron nuevas fábricas en diferentes ciudades, como Hamburgo y se desarrollaron más productos que fueron muy bien recibidos por los compradores.

Pero la gran depresión de 1929 también afecto a la empresa familiar y tuvieron que despedir a bastante personal para poder salir lo más indemnes posibles.

En 1933 el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, popularmente conocido como Partido Nazi, llegó al poder en Alemania y Richard Kaselowsky el por aquel entonces único director de Dr. Oetker se hizo miembro del mismo e hizo cuantiosas donaciones al partido.

Durante esta época la firma vivió un gran momento, tenía el favor del gobierno y en 1933 comenzaron una activa cooperación con la SS.

Richard Kaselowsky murió durante un bombardeo a la ciudad de Bielefeld en 1944 y fue en ese momento cuando el nieto de August, Rudolf-August Oetker, tomó la dirección de la empresa y fue exhimido en su deber de combatir por el país.


A principios de los años 30 Rudolf-August había entrado a formar parte de uno de los escuadrones de la SS, la Reiter-SS, pero en 1944 se cambio de bando, e ingresó en el frente soviético. Al acabar la guerra fue confinado en una especie de campo de concentración. Todo afiliado de las SS tenía un tatuaje que le identificaba como miembro y cuando se lo descubrieron fue sometido a brutales palizas, de cuyas secuelas tardó años en recuperarse.

A pesar de todo la empresa Dr. Oetker sobrevivió bastante bien a la guerra aunque alrededor del 40% de los edificios y las fábricas quedaron destruidos. Cuando la estabilidad económica fue regresando al país, los pedidos fueron aumentando. Y la empresa comenzó a hacerse fuerte, gracias también a las campañas de publicidad.

En 1947 Rudolf-August Oetker fue liberado del campo de internamiento y tomó las riendas de la empresa. Unos años más tarde la firma se encontraba entre las empresas más productivas de Alemania.

Aunque la firma Dr. Oetker no se dedica tan solo a la producción de levadura y demás productos de pastelería, en la actualidad posee más de 400 empresas y da trabajo a más de 24.000 personas.


El hijo mayor de Rudolf-August Oetker, Richard Oetker, debería de haber dirigido la empresa tras su padre, pero en 1976 fue raptado por Dieter Zlof, el cual pidió un rescate de 21 millones de marcos. Estuvo encerrado en una caja minúscula durante casi 2 días y en este tiempo fue torturado en varias ocasiones con descargas eléctricas y sufrió múltiples fracturas de las que tuvo que ser operado durante varios años.

El secuestrador fue encarcelado durante 15 años, y al ser puesto en libertad viajó a Inglaterra con la intención de cambiar los billetes que había enterrado. Aunque casi la mitad del rescate estaba tan mohoso que no era utilizable.

Tanto dinero en tan malas condiciones llamó la atención de la policía y Dieter Zlof volvió a ser encarcelado por dos años. Fue condenado a devolver todo el dinero del secuestro y por lo que parece, actualmente trabaja en un puesto callejero en Múnich.

En el año 2001 se realizó una película sobre este secuestro, se llama "Der Tanz mit dem Teufel", "Bailando con el diablo".

Está protagonizada por Sebastian Koch, actor que también aparece en la famosa película "Das Leben der Anderen", "La vida de los otros". Christoph Waltz "Malditos Bastardos" y Tobias Moretti "Rex, un policía diferente".

Desde el 2010 el director de la empresa familiar es Richard Oetker.


Alguna vez había escuchado el pasado Nazi de esta empresa, pero lo del secuestro no lo sabía. Que de historia tiene esta familia.

Seguro que todos los que vivís en Alemania conocíais esta marca, ¿alguna vez habéis comprado algo? A mí me encantan las pizzas, no son demasiado baratas, pero con diferencia, son las pizzas congeladas más buenas.

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 Espero que os haya parecido interesante conocer la historia de una de las empresas alemanas más conocidas. Si queréis saber más de otras firmas, echadle un vistazo a estas:
¡Un saludo!



7 comentarios:

  1. Hola Irene,

    Guauuuu... qué de aventuras esconde la marca, me dejas de piedra. Yo también pienso que las pizzas congeladas son las mejores, con diferencia. Y también tienen unos flammkuchen finísimos, super ricos! Mi favorito es el vegetariano con queso de cabra, cebolla y miel. ;)

    Por cierto, hablando de comida precocinada congelada, te recomiendo probrar la marca Frosta. Tiene platos de pasta o arroz, con carne o pescado, verdura, especias, frutas ... si sigues las instrucciones de la bolsa, en 10 minutos tienes un plato delicioso. Perfecto para emergencias! Mi favorito el Nasi Goreng!

    Un saludoooo

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    1. Buenas Roseta!

      Las Flammkuchen solo probé la tradicional, y la verdad es que no me terminó de gustar, a ver si encuentro la que dices y la pruebo.

      Me suena mucho la marca Frosta, y el Nasi Goreng, estoy casi segura de que ya la he probado. Aunque no soy para nada amiga de la comida precocinada, tan solo para casos de extrema emergencia. La próxima vez que lo compre, si me acuerdo, pues pueden pasar meses, miraré a ver si está ese que dices.

      Un saludo!!

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  2. Hoy, en España, he visto un anuncio de Dr. Oetker y me he acordado de esto...

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    1. ¡Buenas C!
      ¿Y alguna vez has comprado alguno de estos productos?

      Un saludo!!

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  3. gracias por la información, soy de Centroamérica y realmente no habia escuchado antes sobre la marca. Estoy inverstigando sobre Dr. Oetker por una tarea

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