Königswinter

Königswinter es un pueblo del distrito del Rhein-Sieg, en el estado de Renania del Norte-Westfalia – Nordrhrein Westfalen.

Está a unos 76 km de la capital del estado, Düsseldorf y a alrededor de 600 km de Berlín.

Se encuentra en el margen derecho del Rin.

Tiene una población de 40.993 (diciembre de 2010).

El nombre de Königswinter, invierno del rey, viene de lo que parece ser una distorsión del original nombre Winetre, ni idea de cómo traducir esto al español, pero tiene algo que ver con vino, ya que este lugar está bastante asociado a la producción de dicha bebida.

Luego pasó a ser Wynteren inferior, y de ahí a Kuoningwinteren. Que más o menos podríamos decir que es como los viñedos del rey, ya que el terreno era parte de la corona germana.

Después fue Coninxwinter y en 1793 fue colocado en los mapas con el nombre actual de Königswinter.

Está ubicado en la ladera de una sucesión de pequeñas montañas llamadas Siebengebirge – siete montañas, y cerca del pueblo podemos encontrar las colinas de Petersberg y Drachenfels.

En esta última montaña se encuentra uno de los mayores atractivos del lugar, el Schloss Drachenburg, un castillo, que yo más bien llamaría palacio, construido allá por 1880.

Drache en alemán significa dragón, y es que hay una leyenda asociada a este lugar.

Según cuenta la mitología germana, en algún lugar de la montaña había una cueva habitada por un dragón que custodiaba el tesoro de los Nibelungos. Sigfrido, héroe germano, mató al dragón y se bañó en su sangre para así hacerse inmortal, pero una hoja de tilo se había pegado en su espalda, dejando esa parte del cuerpo vulnerable. Al final, el pequeño talón de Aquiles de Sigfrido llegó a oídos de mala gente y murió atravesado por una lanza.

Si llegáis en tren, el pueblo y el castillo Drachenburg no tienen ninguna pérdida. El pueblo está a la derecha, seguir las señales Zentrum, Stadt o Rhein y lo encontraréis sin problemas. Merece la pena pasear un poco las calles y por la orilla del río, es un sitio bastante tranquilo y muy bonito.
 

Una de las calles principales de la ciudad

El paseo a la orilla del río.

El Rin a su paso por Königswinter.

El castillo está a la izquierda de la estación, se ve bastante bien, así que tampoco hay ningún problema para encontrarlo. Hay que cruzar las vías del tren por un paso a nivel con barrera, y justo después llegamos a las tiendas.

Para subir a la montaña podemos hacerlo andando o bien podemos coger el Drachenfelsbahn, una especie de tren que nos llevará arriba.

Subir y bajar cuesta 10 € solo subir o solo bajar son 8 €. Los niños pagan 5 o 5,50 €. De todas formas os dejo la página web para que podáis ver el resto de precios y demás cosas, está solo en alemán e inglés: Drachenfelsbahn.

En la montaña hay dos paradas, la primera es el Drachenburg y la segunda es directamente la cima de la montaña, donde desde unas ruinas se puede tener unas vistas inmejorables del paisaje.

Para entrar al Drachenburg hay que pagar 6 €, los niños y estudiantes pagan 4 €. La verdad es que merece la pena, pues el castillo es muy bonito, se puede visitar el interior del mismo y subir a la torre más alta, donde de nuevo tendremos una vista espectacular.

Yo fui en primavera, que me parece que es la mejor época del año para poder disfrutar de las vistas. En invierno con nieve debe de ser muy bonito, pero nos arriesgamos a que esté cerrado o cortado. ¡Y tened en cuenta que en invierno anochece muy temprano!

Opinión personal: Me encantó, las vistas son simplemente fantásticas. Esté todo muy bien cuidado y conservado. Los jardines del castillo son muy bonitos, y el interior también me gustó bastante, aunque no tiene nada que cualquier palacio español no tenga.
Es un sitio que recomiendo ver, tanto el castillo y el paseo por la montaña, como el pueblecito en el Rin. Se puede pasar una mañana entretenida.

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Alemania es un país lleno de lugares con encanto que esperan ser descubiertas; grandes urbes, pequeñas ciudades y pueblos que parecen estancados en el tiempo. ¿Te animas a descubrirlas con nosotros? 

Saludos!!