24 de junio de 2020

May Ayim


May Ayim nació el 3 de mayo de 1960 en Hamburgo y falleció el 9 agosto de 1996 en Berlín, Alemania. Fue una poetisa alemana, pedagoga y activista del movimiento afroalemán.

Su nombre oficial era Sylvia Brigitte Gertrud Opitz y fue la hija de Ursula Andler, una mujer blanca alemana, y Emmanuel Ayim, un estudiante de intercambio de medicina de Ghana. Aunque no se crió con sus padres biológicos, sino que poco después de su nacimiento fue dada en adopción. No se sabe muy bien cuál fue la razón, algunos dicen que se debió a que por ese entonces, según las leyes alemanas, los padres no tenían ningún derecho sobre sus hijos ilegítimos; y por eso su madre decidió darla en adopción.

Los Opitz la adoptaron cuando tenía 18 meses, y May creció en Münster con una familia blanca alemana que tenía cuatro hijos más, también blancos. Desde muy pequeña se dio cuenta de que era diferente, el color de su piel la convertían en alguien distinto al resto de niños y tuvo bastantes experiencias racistas.
„Jahrelang lebte ich mit dem Empfinden, in der deutschen Gesellschaft weder eine Geschichte noch eine Zukunft zu haben, sondern eines Tages auswandern zu müssen. Daß das sehr belastend ist, steht außer Frage. Inzwischen ist mir klar, daß dies keine Einzelerfahrung ist und mein Erleben exemplarisch den Umgang mit einer Bevölkerungsgruppe widerspiegelt, die im Bewußtsein weiter Teile der deutschen Gesellschaft einfach nicht existent ist.“

‘Durante años viví con la sensación de que no tengo una historia o un futuro en la sociedad alemana, sino que algún día tendré que emigrar. No hay duda de que esto es algo muy estresante. Tengo claro que esta no es una experiencia individual y que todo lo que he vivido es un reflejo del trato que la sociedad le brinda a un grupo de la población, pues para algunos de ellos, ni siquiera existimos’.
Tras graduarse en la escuela Friedensschule, en Münster, comenzó a estudiar pedagogía y se concentró en las asignaturas de alemán y sociología. Poco tiempo después cambió las asignaturas por psicología y pedagogía, lo que la llevó a mudarse a Regensburg.

En ese entonces su autoestima era muy baja. Se dice que la idea que tenía de sí misma era muy mala, pues estaba extremadamente influenciada por las opiniones negativas de todos los que la rodeaban, lo que la llevó a tener un sentimiento de inferioridad con el resto.

Durante sus años de universidad, con el fin de conocerse a sí misma y descubrir sus orígenes, viajó a Israel, Kenia y Ghana, donde se encontró con su padre biológico. Unos años después, May describiría ese encuentro con su familia de Ghana como un “wallnussmangobaums” (un árbol nuez y mango), un árbol de la vida que tiene frutos de ambos países.

Su trabajo fin de carrera se considera el primer estudio académico de la historia afroalemana. Tras acabar la universidad se mudó a Berlín Occidental, donde conoció a otras mujeres negras, incluida la científica, activista y poeta afroamericana Audre Lorde. Esta mujer la animó a publicar su trabajo fin de carrera, que acabó convirtiéndose en la antología “Farbe bekennen - Afro-deutsche Frauen auf den Spuren ihrer Geschichte” (Muestra tus colores – Mujeres afro-alemanas en la búsqueda de sus historias). Un libro en el que, a través de ensayos, poemas y relatos, diferentes mujeres afro describían sus propias vivencias. Entra ellas participaron otras activistas como las afroalemanas Katharina Oguntoye y Dagmar Schultz y la afroamericana Audre Lorde. 

Audre Lorde a la izquierda May Ayim a la derecha.
Foto tomada de Digitales deutsches Frauenarchiv.

Tomando la palabra inglesa Afro-American, creó junto con estas mujeres negras y alemanes el concepto de Afrodeutsch y la “Initiative Schwarze Deutsche”, la primera asociación afroalemana de todo el país. También promovieron diferentes eventos, como las celebraciones anuales del “Mes de la Historia Negra” que se hacían en Berlín. Fueron un punto de unión, auto-conocimiento y lucha política muy fuerte para todos los afroalemanes de la época.

Todas estas iniciativas la hicieron bastante conocida, incluso a nivel internacional, y comenzó a dar conferencias en todo el mundo sobre derechos humanos, feminismo y antirracismo. Para este entonces ya había adoptado el apellido de su padre, Ayim.

En 1987 comenzó a estudiar la carrera de logopedia, gracias a la cual descubriría el racismo oculto en el idioma alemán. El racismo y el sexismo se convirtieron en una parte integral de su investigación, y lo demostró con su tesis “Ethnozentrismus und Sexismus in der Sprachtherapie” (Etnocentrismo y Sexismo en Logopedia), publicada en 1990. Cuando terminó su formación trabajó como logopeda independiente y profesora. También participó en muchas conferencias y reuniones tanto nacionales como internacionales. Una de las más impactantes fue el discurso que dio en Londres en 1992, donde explicaba que el lenguaje podía fomentar la unión de los pueblos y una transformación social. 

8 de junio de 2020

Mercedes-Benz


Para entender la historia de una de las firmas de automóviles más conocidas en la actualidad, Mercedes-Benz, tenemos que hablar de las tres ramas que se fusionaron para formarla: Daimler Motoren Gesellschaft, Benz & Co y Emil Jellinek.

Vayamos por partes.

Daimler Motoren Gesellschaft fue fundada por Gottlieb Wilhelm Däumler, conocido como Gottlieb Daimler, y Wilhelm Maybach, dos ingenieros alemanes que desarrollaron unos motores de combustión interna de alta velocidad capaces de funcionar en tierra, en agua y en aire. Se usó tanto en la primera motocicleta que construyeron, como en barcos a motor.

Daimler Reitwagen, considerada como la primera motocicleta

También patentaron uno de los primeros motores capaces de impulsar un vehículo con cierta velocidad, y desarrollaron el primer carburador que permitió el empleo de gasolina como combustible.

En 1890 fundaron la Daimler Motoren Gesellschaft, en Cannstatt, industria que, nueve años más tarde, construyó el primer coche de la marca Mercedes. Gottlieb Daimler, fue el creador del lema de la empresa: "O lo mejor, o nada". 

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Carl Benz, nacido con el nombre de Karl Friederich Michael Vaillant, fue un ingeniero e inventor alemán conocido por haber creado el Benz Patent-Motorwagen un vehículo prototipo con 3 ruedas y una marcha que alcanzaba la, por aquel entonces, increíble velocidad máxima de 17 kilómetros por hora.

Benz Patent-Motorwagen en 1885. Foto tomada de la Wikipedia.

Es considerado como el primer vehículo diseñado para ser impulsado por un motor de combustión interna. Se dice que Bertha, la esposa de Karl, fue la primera en conducirlo, lo que la convierte en la primera persona del mundo en hacer un viaje en automóvil. Ocurrió en 1888, en un viaje de 105 kilómetros desde Mannheim, su ciudad de residencia, hasta Pforzheim donde vivía la madre de Bertha. 

Diez años después fabricó el primer coche de 4 ruedas al que llamó Benz Victoria. 

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A finales del siglo XIX las carreras de coches empezaban a ponerse de moda. Emil Jellinek era un importante hombre de negocios austriaco, muy aficionado a ellas, que había competido con anterioridad bajo el nombre Monsieur Mercédès. En 1900 le encargó a la empresa Daimler Motoren Gesellschaft que le fabricasen una flota de 36 coches. Uno de los requisitos que puso era que estos debían de tener el apodo con el que llamaban a su hija: Mercedes. No se sabe porqué le decían así, pues la niña se llamaba Adrienne Manuela Ramona Jellinek.

Emil y Mercedes Jellinek. Foto tomada de la Wikipedia.

De ahí surgieron los primeros Daimler-Mercedes, y tuvieron tanto éxito, que propiciaron un acuerdo de colaboración para que se siguiesen fabricando, así como la incorporación de Emil en el consejo de administración de la empresa. 

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Tras la Primera Guerra Mundial hubo un enorme incremento de la inflación, lo que afectó muchísimo a todos los bienes de lujo, entre los que se encontraban los automóviles de pasajeros. Por eso, en 1926 la casa Benz & Co y la Daimler Motoren Gesellschaft se vieron obligadas a fusionarse, formando la Daimler-Benz. Gracias a la buena acogida de los coches Mercedes, y que estos habían tomando ya mucha fuerza dentro de la empresa, cuando se realizó la unión de las dos firmas, el nombre comercial de los vehículos se quedó como Mercedes-Benz, aunque Emil Jellinek ya hubiese fallecido.