28 de marzo de 2014

Una semana cualquiera en Alemania

En esta semana me han ocurrido un par de situaciones curiosas que creo podríamos clasificar con la etiqueta de alemanada, pues muchas de ellas tan solo pueden ocurrir en este país, para bien o para mal.

Empezamos la semana por todo lo alto, con policía incluida. Una de las pacientes de la clínica, un tanto mayor, tiene una hemiplejía bastante severa y no se puede mover con demasiada soltura. Ese día llegó a la clínica con una cara de susto importante. En la entrada de nuestro edificio hay un pequeño parking y parece ser que un coche había echado marcha atrás y la había golpeado, largándose sin decir nada y sin mirar a ver si le había pasado algo, sin disculparse ni nada. Obviamente ella no puede correr detrás del coche, pero por más gritó, no se detuvo.
Cuando subió nos contó la historia, y como había podido coger parte de la matrícula uno de mis compañeros insistió en que llamara a la policía. Así que por teléfono les contó la historia. La verdad es que no sé si se lo estaban tomando en serio o no, pero fue decirles, que tenía una discapacidad grave cuando el asunto se tornó un poco más serio.
Y así empezamos el lunes, con dos gigantes policías en la clínica tomando declaración a la señora y a los testigos…
Lo que yo no sé es si realmente el conductor llegó a verla o no. No sé, quiero darle un voto de confianza a la humanidad, quiero pensar que todavía no hemos llegado hasta ese punto de yo miro por mi y a los demás que les den. Mantengo la fe en que todo el mundo si ve que ha estado a punto de atropellar a alguien se va a disculpar e intentará ayudar.


Y para acabar la semana con más emociones fuertes. Al llegar ayer a la clínica me encontré con una de mis compañeras, alemana, toda emocionada.
-¡Irene! ¡Lo que te has perdido!
-¿Qué ha pasado?
-Estaba en la calle cuando vi que en el edificio de enfrente había un gatito atrapado en una ventana de esas abatibles. El pobre quería salir al alféizar pero no se podía mover y se había quedado con medio cuerpo dentro y medio fuera. Una pena de animal.
-Pobre ¿y que hiciste?
-Llamé a todos los porteros del edificio para ver si daba con la casa y avisar, pero nadie me abrió.
-Cuando yo he venido no he visto ningún gato atrapado, aunque tampoco me he fijado.
-No, no. Como nadie me abría llamé a los bomberos.

¿Disculpa? ¿Llamó a los bomberos por un gato atrapado en una ventana? Que no digo yo que el salvamiento de un minino no sea importante, pero ¿los bomberos? ¿De verdad?



-¿Y que pasó? ¿Vinieron?
-Claro que vinieron. Dos coches de bomberos, además. Con escaleras y todo. El pobre estaba en un segundo piso. Cortaron la calle para poder sacarlo.
-¿En serio? Vaya…

Lo que yo me pregunto es, ¿les contó por teléfono a los bomberos cual era la emergencia? Y si así fue, vinieron dos coches de bomberos… a rescatar a un gato… como en las pelis malas estadounidenses.
Aunque lo que más me sorprende es el despliegue que tuvieron que montar para cortar la calle entera. Porque no estamos hablando de una callecita normal, no señores. Es una de las avenidas principales de Colonia. De cuatro carriles, con muchísimo tráfico. Cortada para sacar a un gato de una ventana.
De verdad…

-¿Y no le hiciste ninguna foto?
-No, estaba tan emocionada que se me olvidó.
-Cachis…


No les quiero quitar para nada la importancia a estas dos situaciones. Por suerte no lo fue, pero el atropello podría haber sido grave. Aunque sigo amparándome en el principio de inocencia y quiero pensar que el conductor no se dio cuenta.
Y del gato… tampoco es plan de dejar al pobre atrapado, que seguro estaría sufriendo, pero ¿realmente era necesario llamar a los bomberos y cortar la calle? ¿En serio?


No sé si estas situaciones en España se habrían dado, aunque lo dudo bastante. Por estos lares son en algunas ocasiones muy peliculeros y montan una de estas por cualquier cosa.
¿Alguna vez habéis vivido algo así?


 Un saludo!!





26 de marzo de 2014

Regreso express a Berlín

Este fin de semana nos fuimos de excursión a Berlín. Un viaje de esos locos, coger la carretera el viernes al salir del trabajo y llegar bien entrada la noche para regresar el domingo por la tarde.
Pero ha merecido la pena, en serio. Ha sido un grandísimo viaje. Me hacía muchísima ilusión volver a Berlín después de dos años. Los cinco meses que estuve allí viviendo fueron geniales y este fin de semana ha sido un reencuentro con esa ciudad que tanto me marcó.
Berlín sigue igual, pero al mismo tiempo ha cambiado. Me refiero, la Puerta de Brandeburgo sigue donde estaba, y la Torre de la televisión continua en Alexanderplatz. Pero hay muchos edificios nuevos, y las grúas de las obras actuales reflejan que la ciudad sigue en movimiento, cambia y evoluciona. Aunque siempre manteniendo el espíritu impregnado en la ciudad. Ese aire alternativo que caracteriza a Berlín y que sin ninguna duda la hace única.



Me ha encantado poder hacer la ruta turística que yo misma he diseñado y que poco a poco os voy poniendo en el blog. Y volver a comer el mejor Kebap que haya probado jamás en mi vida.
Si vais a Berlín no dudéis en ir. Es un kiosco que se encuentra en mitad de la calle, pero que la cola no os desanime, merece la pena la espera. Está claro que si la gente espera es por algo… Cuando vivía allí, llegué a ver cola de bastantes personas esperando bajo la lluvia. Esta vez nosotros estuvimos más de media hora esperando, pero uffff… es imposible de describir el sabor con palabras, de verdad, tenéis que probarlo. Tan solo tienen 3 variedades, pero elijáis lo que elijáis os va a sorprender.


Mehringdamm 32
U6 U7  Mehringdamm



Justo al lado está una de los puestos de la franquicia Curry 36. Que se dice, es la mejor Curry Wurst de Berlín.



Así que ya sabéis, tanto por el Kebap (sobre todo por el Kebap) como por el curry wurst, hay que ir hasta allí.

Hay una cosa que me hace muchísima gracia del metro de Berlín, y es la decoración de las puertas y ventanas. Si os fijáis, o no, porque se aprecian bastante bien a primera vista, veréis la imagen de la puerta de Brandeburgo repetida infinidad de veces.



Berlín es una ciudad impresionante, tienes de todo y puedes encontrar cualquier cosa que busques. Está llena de vida. Pero a pesar de eso sigo pensando lo mismo que hace dos años cuando me fui. No es mi ciudad.
Es gigante, todo está hecho a lo grande y se tarda muchísimo tiempo en llegar de un sitio a otro. Está claro que todo es acostumbrarse, pero esta fue una de las principales razones por las que no me quedé allí y ahora que vuelvo sigo pensando lo mismo. Es una gran metrópoli, demasiado grande para mi gusto.

Una de las características de todas las capitales es la gran multiculturalidad que tienen. Es algo que podemos ver en Londres, Berlín o Madrid. Puedes encontrar gente de todas partes del mundo. Yo quería y sigo queriendo vivir en Alemania, y en Berlín, con tanta gente de diferentes nacionalidades, es muy complicado sentir que estás en Deutschland. De hecho los propios alemanes lo dicen, Berlín no es Alemania, Berlin ist anders.

Esto de la multiculturalidad conlleva otro aspecto que me echa para atrás y es que aquí es casi más sencillo oír hablar en inglés que en alemán. Así que para aquellos que queremos aprender el idioma de Goethe, esta no es la mejor ciudad.

Creo que si tuviese que describirla con una palabra diría que es “alternativa”. Es bohemia, diferente, un tanto hippie. En las zonas más turísticas quizás esto no se pueda apreciar bien, pero si nos adentramos un poco por la calles ese ambiente de despreocupación, alegría y libertad se nota bastante bien. Esto no es que sea para nada un problema, pero en algunos momentos me llegó a dar la sensación de que estaba poco cuidado, que no digo sucio, sino dejado.


A la gente que le gusten las grandes ciudades, esos que se sienten encerrados en poblaciones de pocos habitantes, sin duda esta es su ciudad. Yo, personalmente, me quedo con Colonia.

Cuando fui por primera vez, me enamoré de la ciudad. Y tengo un muy buen recuerdo de mi estancia allí. Me gusta Berlín y siempre que tenga la ocasión iré de nuevo. Pero dudo mucho que alguna vez vuelva a vivir allí.

Todo esto que he escrito es una opinión personal, completamente subjetiva. Cada cual sentirá y pensará de forma diferente. Así que sois libres de comentar vuestras impresiones sobre esta gran ciudad que es Berlín.


Un saludo!!


24 de marzo de 2014

Los colores - die Farben

Una de las lecciones más esenciales en cualquier idioma son los colores. Los más básicos no son demasiados y tampoco son muy complicados de aprender, pues obviamente nos vamos a quedar en los comunes, el azul pato y el verde pistacho los vamos a dejar para clases avanzadas…

Die Farben


Rot



Blau



Sfarz

Bais
  


Grun (Aunque ya sabéis que la “u” no es como la nuestra)



Gelb



Braun



Grau



Oganch



Rosa


Para describir el mismo color en claro y oscuro podremos delante del mismo las palabras hell o dunkel



hell-blau (teniendo en cuenta que la "h" tiene el sonido de la "j" aspirada)


dunkel-blau



Hace unas semanas vimos que el orden de las oraciones en alemán es siempre igual, al menos cuando son frases sencillas: Sujeto + verbo + resto del predicado.
Así pues, construyendo una frase con palabras que ya hayamos visto:

Die Flagge von Spanien – Sujeto.
Ist – Verbo.
Rot, gelb und rot – resto del predicado.


Die Flagge von Spanien ist rot, gelb* und rot.



Die Flagge von Deutschland ist schwarz, rot und gelb*.



Die Flagge von Frankreich ist blau, weiß und rot.



Die Flagge von Portugal ist grün und rot.




Die Flagge von Irland ist grün, weiß und orange.



 * Pongo los "gelb" de España y Alemania con el asterisco porque no es amarillo, las dos son gualda, que se dice exactamente igual en alemán.


Al contrario que en español, los adjetivos, como sería un color, siempre van delante del nombre, por lo que hablaríamos de una blanca casa y un rojo coche.

Ich habe ein weißes Haus.
Ich habe ein rotes Auto.

En estos ejemplos empleamos uno de los verbos que ya vimos en la lección anterior, el verbo “haben”.
Las “es” que hay detrás de los colores ya las explicaremos en otra ocasión, pues es un tema que da para hablar mucho.



Esta es una lección cortita, pero espero que os haya ayudado servido de ayuda.
________

Todos aquellos que no hemos aprendido el alemán desde pequeños sabemos lo difícil que puede resultar este aprendizaje, pero no es imposible, eso te lo aseguro. Pincha aquí para ver todas las lecciones que ya hemos visto.
¡No desistas! Al final lo conseguirás.



Un saludo!!

21 de marzo de 2014

Un viaje inesperado


La historia que os voy a narrar a continuación paso hace ya un año cuando conocimos a una chica española, bastante jovencita, proveniente de un pequeño pueblo de la España profunda.
Estaba de Au Pair en una ciudad cerca de Colonia, aunque parece ser que la familia para la que trabajaba no la trataba demasiado bien y de una noche para otra tomó la decisión de volver a España.
No se sabe muy bien como o porqué, pero ni ella, ni sus padres, ni demás familiares o amigos cercanos tenían entre sus posesiones una tarjeta de crédito. ¿Objeto inexistente en los pueblos manchegos? Quien sabe.
Debido a esta falta de tarjeta de crédito hizo mover cielo y tierra para poder volver esa misma semana a nuestra querida España.
Un bondadoso amigo le hizo la reserva del billete, pero ya sabemos que con Ryanair hay que pagar la facturación de las maletas y con su capital no podía permitirse pagar ninguna de las dos que llevaba.
Mi idea para ese domingo no era otra más que dejar pasar el tiempo, leer un rato y aprovechar los rayos del sol en ese raro verano alemán.
Pero ella tenía otros planes, se iba a España, si o si, y me daba cosa dejarla sola. Teníamos otra amiga que también se iba ese día, así que nada, nos montamos en el coche, prestado, de mi compañera de piso, que lista ella, se quedó en Colonia y nosotros emprendimos viaje al culo del mundo, pues saber que hay un aeropuerto llamado Düsseldorf Weeze que está un poco en las afueras de la capital del Bundesland, y cuando digo en las afueras me refiero a 2 km de la frontera con los Países Bajos.

Obviamente cuando llegamos al aeropuerto nos dijeron que por las dos maletas el billete iba a salir caro, unos 400€, cosa que ella no se podía permitir. Sabíamos que unas horas más tarde había otro vuelo para España en el aeropuerto que si que está en Düsseldorf, con Iberia, por lo tanto una maleta se iba con ella.
Fuimos al otro aeropuerto y aparcamos el coche donde, según el conductor, no pasaba nada, “iban a ser dos minutos”.
En el mostrador de Iberia nos dijeron que si había billete lo suficiente barato para que ella pudiese comprarlo y además una maleta incluida. Ya veremos que haríamos con la segunda.
Volvimos al coche para recoger los bultos, ese coche prestado, que no estaba donde debería de estar… de hecho no se le veía ni una rueda por ninguna parte…
Preguntamos…
Sí, se lo había llevado la grúa. Y el vuelo salía en dos horas. ¡Bravo!
¿Dónde estaba el coche? A tomar por saco. La conversación con el segurata fue de lo más interesante.

- ¿Podría decirnos dónde están los coches que se lleva la grúa?
- Está bastante lejos.
- Ya, vale. ¿Pero dónde es?
- Por allí al fondo.
- ¿Podría ser un poco más preciso?
- Tenéis que cruzar el puente, seguir por la derecha y andar, y andar, hasta que veáis un semáforo y luego de nuevo a la derecha.
- Ok, gracias.
- ¿Pero vais a ir ahora?
- Ehh… si… tenemos que recoger el coche…
- Pero está muy lejos.
- Ya, pero no podemos hacer otra cosa.
- ¿Y vais a ir andando?
- Si, bueno, verá usted, yo iría en coche, pero... ya sabe, ¿no? ¿Se puede llegar andando?
- En teoría si, pero está muy lejos.
- Ya, pero seguimos necesitando el coche.

Y nada, nos pusimos en marcha.
La verdad es que el hombre tenía razón, estaba a un paseo, largo, muy largo. Estuvimos como 45 minutos andando, casi corriendo.
Al llegar allí vimos el coche, (¡sí!) aunque el hombre estaba rellenando en ese mismo momento los datos. Parecía que acababan de traerlo, pues no llevaba ni dos casillas rellenas. Así que intentamos ponerle ojitos…
No sabíamos que no se podía aparcar…
Llevamos un día horrible…
Solo fueron cinco minutitos de nada…
¿No podrá hacer una excepción? Si todavía no ha terminado de rellenar los papeles…
Y si en lugar de los 180€ lo deja en menos por pronta recogida…

Pero Nein, nein, nein. Sin excepciones. Nein. Y se le veía al hombre conmovido, que desempolvé mi mejor alemán, el más formal y educado para tal ocasión, pero ni con esas, nein.
Así que nada, me tocó a mi desembolsar el dinero. Pues tan solo se podía pagar con la tarjeta especial alemana, la EC Karte. Cosa que me parece ridículo tratándose de un aeropuerto, pero bueno.

Nos montamos al fin en el coche (prestado) y regresamos a la terminal de salidas.
No había ya nadie para facturar, se podría decir que éramos los últimos. Pero aún así tuvimos que abrir las maletas para reagrupar el contenido. Y ya nos veis a las dos. En mitad del aeropuerto aireando bragas y sujetadores.
El hombre de la facturación se apiadó de nosotros y nos dijo que no nos preocupásemos, que no íbamos a tener sobrepeso. Y entonces se me encendió la bombilla y le dije así por lo bajini al otro chico que, ya que tiene mucha labia y parece que el hombre era majo, intentase meter las dos maletas…
La estampa era digna de película estadounidense. Nosotras por los suelos y el otro contándolo al hombre nuestras penurias del día.
Un buen hombre debo añadir, pues nos dejó meter las dos maletas sin pagar más.

Luego nos fuimos al control de seguridad y le dimos la última indicación a la chica.
- Por lo que más quieras, asegúrate que en el letrero del avión en el que te vas a montar pone Madrid.

Y desde entonces.



Un saludo!!


19 de marzo de 2014

Mecanografía

Esto que os voy a contar es algo de lo más normal, eso que todo el mundo sabe, de lógica pura aplastante, pero no te das cuenta de la importancia de los teclados hasta que te ves en la situación de intentar poner España en un teclado alemán…
Tal que este.


Y es ahí cuando la liamos. Porque, ¿qué es peor? ¿poner una “n”, una “nh”, una “ny”? ¿A falta de pan buenas son tortas? Pues no señores, ¡nada de resignarse y poner cualquier cosa! En todos los teclados, sin importar de que país sean o en que idioma estén configurados se pueden poner nuestras letras, ni siquiera podrás escudarte en el teclado raro para no poner los acentos, las exclamaciones o interrogaciones en el inicio.

Tan solo tenéis que pulsar las teclas que os pongo en la siguiente tabla para poder poner un España, con la “Ñ” bien grande.
Mantener “Alt” pulsado y en el teclado numérico escribid los números.



Gracias a nuestra diéresis, los que tenemos teclados españoles no tenemos muchos problemas para poder escribir con nuestros teclados las vocales alemanas ä, ö y ü. Pero esta letra “ß” la Eszett o scharfes Es, si que es un problema. Y para eso aquí os dejo otra tabla con las letras en alemán.



Yo tengo teclado español, así que para escribir las vocales alemanas estoy acostumbrada a hacerlo con la diéresis, el problema viene cuando te ponen delante del teclado alemán, donde esas letras si que existen, y al final acabas de forma sistemática poniendo dos veces la letra, una con los puntitos y otra sin ellos… äa

Si volvemos a la primera foto veréis dos cosas curiosas en el teclado alemán, a saber:



Donde debería de estar la tecla de mayúsculas hay una flecha para abajo, y aunque os parezca extraño no es para hacer microminúsculas ni nada parecido, no, de hecho es exactamente nuestra letra de mayúsculas, ¿a razón de que consideran por aquí que las mayúsculas van hacia abajo? Ni idea… creo que es una de esas cosas que mejor ni preguntar, pues te mirarán con cara rara por decir cosas sin sentido.

Por otra parte hay dos teclas que están cambiadas de lugar, ¿os habéis dado cuenta? La “Z” está en el lugar de la “Y” y viceversa. En principio puede parecer que no supone problema alguno, son tan solo dos letras, pero no os podéis imaginar el desbarajuste que eso conlleva. Es un cambio minúsculo, pero aun así se nota muchísimo. Cuando escribes vas como con miedo, mirando bien el teclado, buscando las letras, que aunque ya sabes que solo son esas dos las rebeldes es posible que el resto decidan por ellas mismas unirse a la revolución y colocarse al libre albedrio…


Para mi desgracia en los móviles estas dos letras también están invertidas de lugar y además como hay dos letras más que en el teclado español, hace que el espacio con el que contamos sea más reducido. Así que escribir en alemán en estos teclados es un poco más difícil, y si tenéis dedos grandes ya ni os cuento.



A parte de esto de los teclado, hay dos cosas que me chocaron mucho la primera vez que leí un libro en alemán. Lo has aprendido así desde pequeño y das por hecho que en todos los idiomas será igual, pero no.
Por ejemplo los diálogos siempre se inician con el guión propio para ello. Al menos en español, en alemán lo hacen con este símbolo “«”. Que eso en español lo clasificamos como un tipo de comillas, de hecho se llaman comillas bajas, latinas, españolas o angulares. Los diálogos en alemán también se cierran con la susodicha comilla, pero la contraria, “»”.
                                                               

La primera vez que lo vi pensé que era porque el libro tenía ya unas cuantas centurias. Luego lo volví a ver y lo achaqué a que era edición barata. No sé, pensé que estaban ahorrando tinta o vete tú a saber que, nunca se me ocurrió pensar que los diálogos no empezasen con el guión.



Otro cosa que uno supone siempre va a ser igual son las comillas “…”. Pero no, en alemán son así „…“ la primera comilla es baja y luego para cerrar si que utilizan la misma que nosotros.



Y la última curiosidad con la que me he encontrado. En español los siglos siempre se escriben con números romanos, en alemán se escribe con los números latinos y después se pone un punto, es decir, el siglo XXI sería 21. Jahrhundert. Ni idea de cual es la razón de este cambio, con lo mono que queda.
Los reyes y Papas no cambian y al igual que en español se utilizan los números romanos.


Todos estos pequeños detalles me han llamado bastante la atención, pues parecen nimiedades, pero al fin y al cabo son cosillas que nos descolocan un poco cuando las vemos por primera vez.


¿Conocéis alguna otra diferencia en los teclados? ¿Hay algún otro símbolo que no se utilice igual en alemán? ¿Conocéis curiosidades en otros idiomas?

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Si quieres informarte más sobre Alemania, como es la vida en este país o que es lo que se necesita para emigrar aquí pincha en este enlace: Emigrar a Alemania, seguro que encuentras algo que te pueda interesar.

Saludos!!


17 de marzo de 2014

Angela Merkel



Angela Dorothea Merkel

Nació el 17 de julio de 1954 en Hamburgo, estado de Hamburgo, Alemania.
Es una política alemana, desde el año 2005 es la canciller de Alemania.

Todos sabemos quien es esta señora, su nombre aparece casi todos los días en las noticias, pero ¿sabíais que nunca hizo la carrera de Ciencias Políticas? No, aquí donde la vemos, la señora Merkel es doctorada en Física cuántica. Está casada con Joachim Sauer pero decidió mantener su apellido, ¿por qué?

No me voy a meter para nada en política, pero vamos a hacer un repaso rápido por la vida de esta mujer. Puede ser que algunos la califique de déspota y que no caiga bien a todo el mundo, pero lleva desde el año 2005 ganando las elecciones de una Alemania democrática, así que algo tendrá que tener.



Angela Dorothea Merkel, nacida con el apellido de Kasner. Es la hija mayor de un pastor luterano y una profesora, Horst y Herlind Kasner. Cuando ella tenía 3 años su familia se mudó a Templin, una ciudad a 80 km de Berlín, en el lado de la URSS, aunque se les permitió la libre circulación a la Alemania Aliada.
En 1973 empezó la carrera de Física en la Universidad de Leipzig y en el 78 terminó sus estudios. Después comenzó una tesis en química cuántica titulada "Influencia de la correlación espacial de la velocidad de reacción bimolecular de reacciones elementales en los medios densos".

En el 77 se casó con Elrich Merkel, un compañero de carrera, pero el matrimonio no duró mucho y en 1982 se divorciaron.

Tras la caída del Muro de Berlín se unió al CDU y unos años más tarde, en 1993 fue elegida presidenta del partido en el Bundesland de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Un año más tarde fue nombrada Ministra de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear.

En 1998 se casó con Joachim Sauer, catedrático de Fisicoquímica en la Universidad Humboldt de Berlín. Los dos mantienen sus apellidos. Imagino que será porque al haberse hecho los dos ya un nombre en sus respectivos campos, eran conocidos por sus apellidos. Además el apellido “Sauer” no es uno de los más indicados para una carrera política, pues significa “agrio” o “enfadado”.


En el año 2000, tras una serie de escándalos financieros dentro del partido fue elegida líder de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, no sin cierta sorpresa, pues recordemos que su padre fue un pastor luterano.

Fue la primera mujer en presidir el partido, al igual que es la primera mujer en ser canciller de Alemania. También es la primera persona proveniente de la RDA en acceder a la cancillería de la Alemania ya reunificada.

Desde entonces su partido nunca consiguió la mayoría absoluta en las elecciones, pero a pesar de eso siempre han ganado. En el año 2013 obtuvieron un asombroso resultado en las elecciones a la cancillería alemana, con un 41,5% de los votos.

La revista Forbes la considera como la mujer más poderosa del mundo.



Puede gustarnos o no, pero no podemos negar que lo suyo tiene mérito. Seguro que más de uno relaciona inconscientemente Alemania con su nombre, para bien o para mal. Y para los alemanes, al menos a los que les he preguntado, es de las personas que mejor representan a su país.

Sin meternos mucho en política, ¿qué pensáis de ella?

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Si quieres conocer más famosos que nacieron en Alemania no dudes en pasarte por esta página: Celebridades alemanas.

Un saludo!!


14 de marzo de 2014

Abrir o no abrir...

Hace ya unos meses me contaron una historia de una chica ecuatoriana. Ella nació y creció en Alemania, así que a pesar de sus orígenes latinos, muchas de sus costumbres y formas de hacer las cosas son a la manera alemana. No sé si ha crecido con gente de Ecuador o no, pero es una chica que está totalmente alemanizada.
En una ocasión fue a visitar a su familia en Ecuador, y estando en casa de su abuela llamaron al timbre. Ellas no esperaban a nadie, y por lo tanto decía que no iba a abrir la puerta, así, sin más.
La verdad es que me pareció una reacción bastante extraña, ¿cómo no esperas a nadie no abres? ¿y si es el cartero? O quizás viene un amigo sin avisar, aunque si ha crecido en Alemania, y partiendo de la poca improvisación que gastan los teutones, ciertamente dudo mucho que esto pueda llegar a ocurrir.

Pero bueno, la cuestión es que ella no quería abrir la puerta pues no había quedado con nadie. La cara de su abuela debió de ser un poema. La de la mía quizás no, pero si le digo eso a mi madre seguro que me mira arqueando la ceja y me planta una colleja de regalo, mientras que me manda a ver quien es.



Al final terminó abriendo la puerta para encontrase con que ¡sorpresa! unos familiares habían decidido, así de pronto, que iban a comer con ellas.

Indignada estaba la chica, ¿vienen sin avisar y además se quedan a comer? ¡Imposible! La pobre no entendía nada, todo se salía demasiado de control.
La contestación de su abuela, ante la cara larga de la chica fue, para mi, de lo más normal.
“No pasa nada mujer, eso es echarle cuatro puñados más de arroz a la comida y ya está.”
Porque donde caben dos caben tres, se ha dicho siempre, o cuatro si nos ponemos.

Confieso que cuando me contaron esta historia me quedé un tanto descolocada. Creí que me estaban tomando el pelo. En España, e imagino que será igual en Latinoamérica, si alguien llama al timbre vas a ver quien es, lógico, ¿no? No sé, llamadme loca si queréis.
A comer sin avisar no es que haya venido mucha gente, pero dudo mucho que si alguna vez llega un familiar no se le haga un apaño a lo que haya, con un poco de improvisación seguro que encontramos algo.

Como me sonaba tan rara esta historia no le di mucha importancia hasta que hace unos meses nos mudamos de casa. Somos tres españolas, con un perro en un edificio donde la edad media del resto de habitantes supera con holgura los 60. Estuvimos hablando con unos amigos de lo que podíamos hacer para al menos intentar llevarnos bien con los vecinos de al lado y causarles una buena impresión.
Nuestra idea era ir las tres, con el perro, y presentarnos. Que conociesen al chucho y quizás, porque no, hacerles un poco la pelota llevándoles una tortilla.
A todos los españoles les parecía una buena idea, pero fuimos un poco precavidos y le preguntamos a una amiga alemana que le parecía nuestra idea.
Nos miró con cara rara y nos dijo:
-Yo no abro la puerta si no espero a nadie.

¡¡Toma ya!!

De verdad, en este país, existe gente así. ¡No era un cuento chino!

Al final decidimos arriesgarnos y llamar a la puerta sin ser esperados, sin tortilla pero con perro, que he de decir fue mucho más efectivo. Pues la tortilla la llevamos hace unas semanas, tras unos findes en los que hicimos bastante ruido. Aceptaron la tortilla, eso por supuesto, pero su única pregunta fue, "¿dónde está el perro?"


¿Moraleja de la historia?

Si vais alguna vez a casa de un alemán, si este es muy alemán, aseguraos bien de que sabe que vais antes de daros el paseo, pues puede ser que os quedéis en la puerta…


Saludos!!


12 de marzo de 2014

Falsos amigos II

Hace ya un tiempo vimos unos cuantos de esos falsos amigos que hacen del alemán un idioma un poquito más complicado y que además crean situaciones rocambolescas.
Está claro que esto no se acaba en la entrada anterior, para nuestra decepción hay bastantes palabras que nos hacen la vida más difícil.

Salto: Su traducción al español es voltereta, que si bien no difieren en mucho, es lo suficientemente importante como para que cuando te digan que hagas un “salto” y tú lo ejecutes, se te queden mirando con el ceño fruncido.

Manieren: Maneras pensé la primera vez que lo vi. Pero no, son los modales, buenos o malos. Esos que se demuestran a la hora de la comida, apoyando los codos en la mesa o masticando con la boca cerrada.

Rakete: Descubrí este falso amigo en una de esas conversaciones transcendentales que se puede tener con un niño de tres años. Pues uno de sus mayores sueños era montarse alguna vez en un Rakete y viajar hasta la Luna…

Gymnasium: Este es el nombre de uno de los tipos de instituto que hay en Alemania, alguna vez os explicaré como va la educación en este país, pues da para hablar mucho. Es lo que en España llamaríamos Instituto de Educación Secundaria, y nada tiene que ver con el centro donde se hace deporte.
Alguna vez se me cuela, y uso Gymnasium en ese contexto, y siempre recibo a cambio una mirada interrogativa.
Gimnasio en alemán sería Fitness Center.

Compass: Imaginaros, una excursión, en medio del bosque, en mitad de la nada. Y alguien pregunta que si nos hemos traído un Compass. Para hacer círculos en la tierra, dibujar símbolos indios en los árboles, marcar territorio, crear señales extraterrestres…
No se me ocurre otra utilidad para un compás en mitad de ninguna parte, aunque claro, si en realidad esa persona estuviese preguntando por un brújula todo tendría mucho más sentido… si…

Arena: Hace ya unos cuantos siglos, cuando los emperadores romanos y los gladiadores eran algo más que actores en una pantalla, la gente se congregaba en los estadios para ver las carreras de caballos o las luchas de gladiadores y estos estadios solían tener una capa de arena en el suelo para absorber la sangre.
Y de ahí viene la palabra que los alemanes aún utilizan para nombrar a muchos de sus estadios. Nosotros también utilizamos esta palabra, aunque si no me equivoco, lo hacemos para referirnos al campo de juego y no a todo el edificio en si.



Leer: Este falso amigo solo lo es cuando lo vemos escrito, pues hablado se pronuncia “lea”, que de nuevo, crea una nueva confusión. Pero que como ya bien podéis suponer no tiene nada que ver con el hecho de leer, sino que significa “vacío”.

Mantel: Cuando alguien lo pronuncia bien todo está en orden, pues la entonación se hace en la primera sílaba, “mántel”. Pero claro, cuando lo aprendes leído, te suena muy raro eso de que los alemanes se pongan un “mantel” para salir en invierno a la calle. Que piensas, son seres extraños, pero seguro que no llegan a tal extremo. Que necesidad habrá de ponerse una de esas telas a cuadros pudiendo llevar un abrigo calentito… Si, “mántel” es abrigo.

Ente: Un Ente… no es un ser abstracto… es un algo… un ser vivo… un animal… con plumas… y vuela… que emigra… y tiene un cuento… pero le salió cisne…
La verdad es que aunque la palabra se escriba y pronuncie exactamente igual, nunca llegué a confundirlas, imagino que será porque no solemos utilizar esta palabra con nuestro significado muy a menudo y “pato” es mucho más usada.


Entre esta tirada y la pasada hemos visto ya bastantes de estos falsos amigos, aunque seguro que se me ha escapado alguno. ¿Conocéis alguna palabra más? ¿Hay alguna palabra que confundáis? ¡Contadnos!

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El alemán es un idioma muy rico, tiene una gran cantidad de palabras y de expresiones que muchas veces desconocemos, pero para descubrirlas solo tienes que pinchar en este enlace: Peculiaridadesdel alemán.

Un saludo!!




10 de marzo de 2014

Campo de concentración de Sachsenhausen

El campo de concentración de Sachsenhausen se encuentra en la ciudad de Oranienburg, en el estado federado de Brandeburgo a tan solo 35 km de Berlín.
Fue construido en el año 1936 por los nazis donde se confinaron y eleminaron a más de 30.000 personas, todos ellos opositores de la causa o gente no perteneciente a la raza aria.
Cuando la IIGM acabó y este lado del país quedó en el lado soviético, el campo de concentración se reabrió, pero en este caso fueron militares y funcionarios del III Reich  los que acabaron en él. Durante los cinco años que estuvo en funcionamiento murieron más de 12.000 personas.



Comenzó siendo un lugar de confinamiento de presos políticos, pero con el paso del tiempo muchos judíos, polacos, gitanos y homosexuales acabaron aquí.
En principio no se le considera como un campo de exterminio, pues carece de cámaras de gas, pero muchos prisioneros fueron fusilados y otros tantos de miles murieron en trabajos forzados.

¿Os suena la película “Los falsificadores”? Es una historia basada en hechos reales que ocurrieron en este campo de concentración.
140 judío seleccionados en los diferentes campos de concentración que se extendían por Alemania fueron elegidos por sus conocimientos en arte de la imagen, como puedan ser fotógrafos o dibujante. Y bajo órdenes nazis llevaron a cabo una de las más complicadas falsificaciones monetarias de la libra británica.
Es una película bastante buena, ganadora de un Oscar en el 2008 a la mejor película de habla no inglesa. Muestra bastante bien lo que aquí ocurrió, así que si queréis verla mejor que no os destripe como acaba. Si la vais ver no leáis los dos siguientes párrafos SPOILER.
A pesar de que la tecnología de la época no estaba muy avanzada, este grupo de judíos consiguieron falsificar la libra británica. Una vez que cumplieron su función iban a ser devueltos a Auschwitz para ser eliminados, pero para salvar sus vidas pidieron permiso para falsificar los dólares americanos. Después de lo que habían logrado con las libras, el permiso les fue concedido y así consiguieron permanecer en Sachsenhausen. Cuando el final del III Reich se acercaba estos presos fueron enviados a Ebensee con la intención de gasearlos, pero las tropas estadounidenses interceptaron los camiones y los presos fueron liberados.
La falsificación de los dólares no terminó por completarse, pero las libras falsas que se habían fabricado eran exactamente iguales a las verdaderas. Para encubrir lo realizado, camiones alemanes tiraron las libras en lagos y ríos de los Alpes, pero un tiempo después los habitantes de los alrededores encontraron los billetes y comenzaron a distribuirlos por Europa. Como estos daban el pego el banco británico tuvo que cambiar el dibujo de las libras. La verdad es que no sé porque no las quemaron en lugar de tirarlas a un río…


En abril del 45 los soldados soviéticos tomaron el campo de concentración y unos meses después este volvió a ser reabierto como el Campo especial número 7 de la policía soviética, y bajo su mando presos políticos, miembros o simpatizantes del partido Nazi, o funcionarios del III Reich fueron aquí confinados. Muchos de ellos murieron por enfermedad o inanición.



En 1950 el campo fue cerrado de forma definitiva. Quien sabe realmente las atrocidades que aquí ocurrieron.
Durante unos cuantos años fue restaurado y en 1993 fue abierto al público para su visita. No es que haya quedado mucho en pie, así que si se visita es recomendable hacerlo con un guía, o una audio-guía, que se puede conseguir allí.
Dentro del campo hay varios monumentos en memoria de todas las personas que allí murieron.




Mapa del campo de concentración de Sachsenhausen

El hecho de que este lugar sea triangular es para así tener un total dominio de todo el terreno desde las tres esquinas.


Horarios:
Del 15 de marzo al 14 de octubre: todos los días de 8:30 a 18:00 horas. 
Del 15 de octubre al 14 de marzo: todos los días de 8:30 a 16:30 horas. 
Y los lunes cierran los museos que hay dentro.

Precios:
La entrada es gratuita.
La audio-guía cuesta 3€, pero es muy recomendable pues como ya digo hay bastantes ruinas.

Como llegar:
La mejor forma de hacerlo es desde Berlín, con las líneas regionales RE5, RB12 o el S1, en cualquiera de los tres hasta la parada de Oranienburg, que es el pueblo donde se encuentra.
Una vez en la estación tan solo hay que seguir las señalizaciones, no tiene pérdida. Se tarda como un cuarto de hora en llegar andando.

En las inmediaciones del campo de concentración no hay ningún bar o restaurante, así que lo mejor es comer algo en algunos de los pocos restaurantes que nos encontramos en el camino o llevarnos algo. La visita puede ser larga, tres horas como mínimo.


Creo que os he dado suficientes datos para que os hagáis al menos una pequeña idea de lo que aquí se vivió, de todas formas, una imagen vale más que mil palabras.

 
La inscripción famosa de todos los campos de concentración. "Arbeit macht frei". El trabajo os hará libres.

Zona neutral. Se abrirá fuego sin ningún aviso.

Estos edificios eran la enfermería y el hospital

El muro exterior y las vallas interiores, una de las cuales estaba siempre electrificada.


Aquí puedes ver más ciudades comentadas: Ciudades alemanas.


Opinión personal: No es que sea el lugar más bonito que ver, y la gente sensible puede pasarlo mal, así que si lo sois pensaros si queréis entrar, pues en algunos momentos puede ser duro.
De todas formas me parece una visita interesante. Hemos cometido muchísimas barbaridades a lo largo de la historia y ver los restos, casi tangibles, de lo que aquí pasó, hace que no te olvides de esa época que muchos quieren enterrar.
Ya digo que no es agradable, pero yo creo que merece la pena visitar un campo de concentración al menos una vez en la vida, este o cualquiera de los que aún se conservan.
Si se viaja a Berlín, y tenemos un poco de tiempo, tanto este lugar como la ciudad de Potsdam son dos buenos sitios para hacer una escapada.

Como curiosidad diré que yo he ido dos veces y tengo amigos que también lo han visitado, pues por ahora, nadie que conozca y que haya ido ha tenido un buen día allí. Parece que el tiempo se confabula para crear un ambiente deprimente o quizás sea que somos nosotros los que lo sentimos así.


¿Alguien ha venido alguna vez a este campo de concentración? ¿Qué le pareció?

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Alemania es un país lleno de lugares con encanto que esperan ser descubiertas; grandes urbes, pequeñas ciudades y pueblos que parecen estancados en el tiempo. ¿Te animas a descubrirlas con nosotros? 


Un saludo!!