26 de mayo de 2020

Wernigerode


Wernigerode es una ciudad situada en el estado federado de Sachsen-Anhalt. Más específicamente en
el distrito del Harz, un macizo que pertenece a la cordillera más alta del norte de Alemania. Esta ciudad es el principal centro turístico de la zona, y desde aquí sale una carretera que llega hasta el pico más alto de estas montañas, el Brocken, con 1.142 metros de altura.

La capital del estado, Magdeburg, está a algo más de 70 kilómetros, y Berlín a unos 240. Es una ciudad pequeña, con algo más de 30.000 habitantes.

Contenidos de la entrada: 
Bibliografía.


Historia

La fundación se estima que ronda por el año 900 y fue propiciada por un grupo de monjes benedictinos. A este lugar se le llama «Klint». El asentamiento estaba muy bien ubicado, pues se encontraba entre dos rutas comerciales de gran importancia en esa época: la que unía Goslar con Quedlinburg y la de Braunschweig con Erfurt. Gracias a eso muchos comerciantes y artesanos se establecieron aquí, al igual que el conde Adalberto de Haimar, que construyó su castillo donde se encuentra la actual fortaleza.

El crecimiento de esta localidad la llevó a conseguir el estatus de ciudad a principios del siglo XIII y bajo el mandato del príncipe Otto de Stolberg-Wernigerode, vicecanciller de Bismarck, Wernigerode alcanzó su punto de mayor auge.

Durante la Guerra de los treinta Años sufrió varios incendios que la quemaron casi por completo, pero la reconstrucción se realizó con rapidez. En 1815, después de las Guerras Napoleónicas, fue anexionado a Prusia.

En la Segunda Guerra Mundial un bombardeo aéreo la dejo prácticamente destruía, y más tarde, en la Guerra Fría quedó en la zona de ocupación soviética, la Deutsche Demokratische Republik (DDR), aunque a muy pocos kilómetros de la frontera.

En 1990, tras la caída del muro de Berlín se convirtió en parte del estado federado de Sajonia Anhalt, Sachsen-Anhalt.


Qué ver

La ciudad no es muy grande, y la estación está a poco más de diez minutos andando del centro.



Markt

La plaza del mercado es el centro neurálgico de la ciudad donde se encuentra una de las edificaciones más pintorescas y curiosas: el ayuntamiento, de hecho, se considera uno de los edificios más bonitos de toda Alemania.


Fue construida en 1420 por orden del conde Heinrich con el propósito de albergar en el sótano una casa de apuestas.

Delante hay una fuente “a juego” con el curioso ayuntamiento que data de mediados del siglo XIX.

13 de mayo de 2020

Comparativo

Los grados comparativos y superlativos permiten establecer relaciones de igualdad o superioridad entre aquello de lo que estemos hablando. Es una gramática muy útil para expresarnos en cualquier idioma, pero en alemán difiere bastante del español.

Es un tema un poco largo, y lo vamos a dividir en varias entradas, en esta ocasión nos centraremos en los comparativos:

Comparativo

Lo más sencillo es utilizar palabras que gradúen aquello que estamos diciendo. No es lo mismo decir sehr gut, gut, nicht gut o gar nicht gut.

También podemos optar por la fórmula So + adjetivo + wie (sería nuestro «como»)…
-Du bist so müde wie ich.
Estás tan cansado como yo.

-Mein Wagen ist so schnell wie deiner.
Mi coche es tan rápido como el tuyo.

Existe otras palabras sinónimas que se pueden utilizar como el «so», a saber: «ebenso» y «genauso».


Pero algunas veces esto no es suficiente y lo que necesitamos decir requiere de un comparativo real. En español suele bastar con colocar el “más” delante del adjetivo. Sin embargo, en alemán hay que añadirles el sufijo –er.
-Schlecht, schlechter. Malo, peor.
-Schön, schöner. Bonito, más bonito.
-Langsam, langsamer. Lento, más lento.

Recordad que como ya hemos visto en otras ocasiones, las terminaciones –er en alemán se pronuncian como una «a», es decir, no decimos /sch lej ter/, sino /sch lej ta/.


Los adjetivos monosílabos que tengan las vocales a, o y u adoptan una «umlaut».
-Alt, älter. Viejo, más viejo.
-Gross, grösser. Grande, más grande.
-Kurz, kürzer. Corto, más corto. 

4 de mayo de 2020

Apfelstrudel

El Apfelstrudel es un postre muy típico del sur de Alemania y de Austria. Aunque se cree que su origen viene de las antiguas cocinas turcas o bizantinas. Muchos dicen que es una evolución del postre baklava y que llegó a Europa a mediados del siglo XV, cuando el imperio otomano conquistó Bizancio y entró por los Balcanes en dirección a Viena. En la capital austriaca se fue modificando, y cuando el Imperio Austrohúngaro se expandió por el continente, llevaron este postre con él.

Os dejo una receta que he encontrado. Según los comentarios que tiene está bastante bien:

Apfelstrudel 




Ingredientes:


Para la masa:
250 g de harina tipo 550
2 g de sal
1 huevo
100 ml de agua tibia
20 ml de aceite

Para el relleno:
100 g de pan rallado
50 g de mantequilla
140 g de azúcar
10 g de canela
170 g de pasas
10 g de zumo de limón
1100 g de manzanas agrias, sin el centro y peladas en trozos pequeños. (En la receta original recomiendan las variedades de Boskop o de Granny Smith).
1 chorrito de ron
Mantequilla líquida para el molde
Azúcar el polvo para espolvorear por encima al terminar